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miércoles, 27 de diciembre de 2023

Respecto de "Para una izquierda Lacaniana"

 

            Cómo se distribuyen los recursos cuando por razones diversas estos son escasos. Se distribuyen siempre de manera injusta. Por esa razón es que la justicia puede ser una maldición.

Tratando de entender el libro “Para una izquierda lacaniana” de Jorge Alemán, encontré que se trata de una propuesta harto compleja, en la que se desafía a la izquierda a realizar su duelo en el seno del psicoanálisis de Lacan. Se trata de un duelo algo obvio para muchos, pero no para toda la izquierda. El duelo se refiere a la caída del muro y a la caída de las utopías de izquierda en todo el mundo occidental.  

            Tal propuesta indignó a muchos, el psicoanalista, ingeniero y trotskista Michel Sauval, por ejemplo, lanzó una crítica en un extenso artículo al libro publicado por Alemán. Allí señala que es un insulto a la izquierda el hecho de suplantar el materialismo dialéctico por el significante propuesto por Lacan, “el nuevo materialismo es el significante”. Esto le parece un abuso a Michel, por la negación del problema que el proletario tiene al verse alienado de los medios de producción. Sería algo así como que, el significante es algo material pero no por ello el materialismo histórico debería negarse, negar las condiciones objetivas que producen el enajenamiento del obrero. A la posición de Jorge, Sauval la llama ”Fuga de la política”, porque entiende que tal propuesta es una especulación sin asidero en la historia de las luchas políticas.

            La diatriba de Michel Sauval sobre el libro de Jorge tiene que ver con una mirada realista (que se propone no ideológica, es decir, los ideologizados son los otros) de la disputa política sobre los medios de producción. Sauval no puede negar que la propuesta antiontológica de Lacan permite interpretar de modo creacionista a esa disputa. Así que según mi parecer se trata de interpretaciones distintas. Y arriesgo más, creo que lo de Jorge Alemán es, por lo menos, muy creativo, y permite ver de manera clara, aunque compleja, cómo se hace política con las conceptualizaciones que trajo Lacan al psicoanálisis. Parafraseando al propio Jorge, hacer política sin saber cómo está hecho el sujeto, es en vano.

            Lacan establece para el inconsciente un carácter preontológico, en términos kantianos sería: el inconsciente como condición de posibilidad de la ontología. Es decir, si el inconsciente está estructurado como un lenguaje y los dispositivos que lo conforman son los significantes como elementos de corte y confección, todo lo que el sujeto pueda decir que es, será aquello que el significante ha creado a partir de la nada. Así opera el sujeto creando la realidad que habita, pero no a gusto y placer, sino que es una creación condicionada por aquello que lo determina, una historia y un Otro.

            Si esta es la forma en la que el sujeto constituye su realidad, es claro que las condiciones objetivas, las necesidades básicas insatisfechas, no cuentan más como universales. A alguien puede faltarle el agua potable en su barrio, pero se identifica con el youtuber que, desde el departamento más favorecido y coqueto, se filma a sí mismo jugando a un video game.  

           

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