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sábado, 8 de diciembre de 2018

No abono a la teoría de los dos demonios. Es otra la propuesta.


                Desde una perspectiva reflexiva hay que pensar con cuidado todo porque corremos el riesgo de pasar por alto inflexiones del pensamiento, bifurcaciones, que no llevan a idéntico destino al acto de pensar. Como punto de partida supongo que, por el hecho de ser palabra dicha, lo justo termina siempre en la duda y es más responsable quien se hace cargo de la duda que quien milita un determinado ideal.  
Las causas más justas suelen transformarse, cuando son espectacularizadas por la televisión y los diversos canales informativos de internet, en emoción, en goce colectivo. Este goce oculta frustraciones, sublima existencias individuales, purga el veneno que prohíja (tanto como el elixir) el lazo social en la milenaria figura del chivo expiatorio. Hay contados ejemplos de ello y los que a continuación citaré temo demanden no pocos improperios: Desde las madres y abuelas de plaza de mayo hasta los familiares de los muertos del recital en Cromañón se teje algo como lo dicho. Familias que probablemente morirían en la ignominia (o no) encontraron en la lucha por señalar culpables de su desdicha un hálito vivificante en medio del dolor que orientó, que le otorgó un sentido a sus vidas. Se puede decir lo mismo de los paramilitares de los 70 y de los gobiernos militares que los sucedieron, quienes bajo el imaginario de extirpar el mal cometieron los delitos más terribles que recuerde nuestra patria. Sin embargo me parece más arriesgado y más sincero ubicar todo movimiento de esta índole en el mismo plano en este respecto y comenzar por las madres y abuelas que tanto amor han hecho florecer en los corazones de una multitud de argentinos y argentinas y del mundo. Quiero aclarar que no hablo de la teoría de los dos demonios ni suscribo a ella; estoy intentando pensar en el plano de la figura chivo expiatorio y en el de sus consecuencias.
Ya que a toda acción le corresponde una reacción (otro supuesto) es en este punto en el que vale la pena tomarse el tiempo, cuando lo haya, para preguntarse si vale el escarnio del culpable y a qué costo. Si bien la historia de los pueblos es en parte la historia de los vencedores sobre los vencidos a cualquier precio, yo creo en la posibilidad de arribar a una instancia que tiene que ver más con el universo simbólico que con el del escarnio público y la fascinación de los que arden en la hoguera, sea ésta de fuego real o de ese otro fuego que es la cremación en vida por un juicio que no cesa de pender sobre la cabeza del acusado, el que llevará con su calvario paz a nuestras almas.
Y sin embargo no dudo en reaccionar cuando algo que creo justo es mancillado. Pero se trata de pensar en todas las direcciones que sean posibles y para eso tenemos que estar dispuestos a escudriñar nuestras propias miserias. Por esta razón utilizo el ejemplo de madres y abuelas de los desaparecidos de los 70 como para mostrar hasta dónde soy capaz de abarcar en esta búsqueda de otro estatuto para nuestras pasiones.
Es importante aclarar que esta propuesta que hoy traigo no tiene que ver con cálculo alguno, el cálculo es justamente la figura del chivo expiatorio, mi desafío es poder hablar y hablando encontrar eso que busco  que se parece más a la conciliación reformista que posibilita la palabra, un diálogo constante.
Qué de nosotros se oculta en cada juicio que proferimos, de dónde provienen las ínfulas con las que arremetemos impregnados de indignación. Vale la pena hacerse estas preguntas porque a poco de comenzar a responderlas encontraremos un vasto material inimaginado. O mejor dicho, por provenir de imágenes condensadas se desharán en el transcurso de la palabra. Si no nos hacemos estas preguntas corremos el riesgo de que nuestra causa más amada se resuelva en el mismo fervor que encuentra el simpatizante de un club de fútbol cuando alienta a su equipo. Esto tiene consecuencias cuando tal comportamiento es el eje sobre el que se mueve el orden social.  Las consecuencias son violencia, muerte, ira, depresión, suicidio, sufrimiento, desmembramiento del amplio lazo social que requiere una comunidad para seguir el camino de la alta cultura, que no es elitismo sino complejidad del pensamiento y por sobre todo posibilidad de la palabra como único medio por el cual podemos aspirar a lo justo.
Como pensar lleva tiempo me detengo aquí para no escribir en vano ya que suelo escribir lo suficiente.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

No es un escrito sobre feminismo


        
Hay que ver a quién se culpa cuando la razón guía. Parece que es imposible ir por todo sin perderlo todo. Sin embargo imagino que debe haber una distinción entre las revoluciones racionales y las que nacen del acontecimiento social. Aunque los acontecimientos son enseguida incardinados por la razón argumentativa. De cualquier manera no hay nada natural en ellas, aquí la sombra de Hegel y de Marx pretendiendo un sentido para la historia. Es que ni siquiera es posible afirmar un sinsentido, otra forma de la racionalidad. Me pregunto en este momento qué habrán entrevisto las teorías del caos de la matemática. Me lo pregunto porque lo desconozco minuciosamente, aunque si conservan ese amo (matemática) no habrán ido demasiado lejos, imagino.
                Parece haber una esperanza en la lógica del no todo, no todo número importa, no todo argumento es válido, no todo argumento inválido es desacertado, y así. Sé que en principio parece esta lógica una apuesta inverosímil, el mismo Lacan alerta que el pensamiento paratodea. Es decir, se deja llevar por la lógica del para-todo universalizando conceptos sin reparar en la exclusión que tal procedimiento importa.
                Un caso que está entre nosotros y que puede servir de ejemplo para lo que intento decir es el movimiento feminista. En ciertos sectores (no en todos) de este movimiento parece habitar el hambre revolucionaria de ir por todo. Derribar todas las instituciones incluido el lenguaje. Lo que no se toma en cuenta en este caso es que mal que nos pese a las víctimas de la barbarie patriarcal, es que se trata de un cálculo. El cálculo dice; si derribamos por completo lo que hemos denominado previamente el régimen patriarcal arribaremos a un horizonte de justicia. Lo que no se tiene en cuenta es que este cálculo se enmarca en la misma lógica que se intenta combatir. El sistema al que se le ha llamado patriarcado es un sistema que se basa en conceptos universales y va por todo.
                No es casual sino causal que los países que avanzan en ese sentido, yendo por todo y contra toda institución, bajo el imperativo del feminismo, hayan incrementado el número de femicidios exponencialmente. Aquí se ve muy claro cómo es la lucha de un universal con su antagónico. No hay síntesis posible que no implique muerte en este plano, otra vez Hegel cuestionado. Ha pasado en las revoluciones y sus ideólogos suelen no transigir con el reformismo argumentando que la reforma es un modo de darle subsistencia como amo al régimen opresor.
                Como este no es un escrito sobre feminismo pero sí tiene al feminismo como propulsor de su desarrollo voy a intentar dejar de hablar de este movimiento que como dije no se ajusta en toda su extensión a la lógica del paratodo.
                Hay en el sujeto un principio rector supremo y es la homeostasis[i], este proceso sabe que le va mejor la reforma que la revolución. La revolución lleva a la muerte, la reforma consigue a fuerza de mucho trabajo mantener estable el psiquismo. Propongo una conducta similar para el sujeto social. Es decir, me inscribo en ese pensamiento histórico que la propone. A riesgo de pasar por tibio, descomprometido, insolvente, la prefiero.
                Mientras todo lo que sucede nos tenga por ajenos agentes podemos pensarnos como  sujetos revolucionarios. Cuando se comprende cuán implicado estamos en cada movimiento del piso social que habitamos (más aún en este mundo de lo global) menos revolucionarios y más reformistas somos.    



[i] https://www.youtube.com/watch?v=4_X6LYq4vvM  Este video explica el proceso. En el aparato psíquico nos referimos a otros contenidos, pero el principio rector es el mismo.

sábado, 17 de noviembre de 2018

El problema económico


                No hay inversión en el mundo porque el rendimiento de los intereses no sirve a los fines de la reproducción del capital acumulado. Es decir, que si los capitales acumulados en muy poquitas manos (el 1% de la población mundial tiene el 82% de la riqueza del planeta) se dedicaran a desarrollar las fuerzas productivas sin esperar ganancias, resolveríamos, entre otras cosas, el hambre de millones de personas, los problemas migratorios, etc. Un nuevo estado de bienestar podría verse en el mundo y sin embargo sucede lo contrario.
                Conviene intentar comprender esto; no hay negocio rentable en el mundo que pueda proveerle al inversor capitalista la rentabilidad (lo que se cobra por la inversión) porque la acumulación de dinero es tan pornográfica que se necesitaría tres planetas tierra en plena producción para asegurarle al inversor un reintegro equiparable a su capital acumulado. Es una ley que el capital nunca pierde, siempre se acrecienta, por lo tanto cuanto más capital acumulado mayor es el requerimiento de reintegro. A ver, ensayemos con números: si invierto U$S 100 a una tasa del 5% anual, en un año obtengo de reintegro U$S5, el capital se acrecentó y tengo U$S105 al final del año. Ahora que tengo U$S105 vuelvo a invertir a la mista tasa, al cabo del año tengo U$S110,25. Imaginen que cuanto más dinero acumulado mayor es el reintegro que obtengo, así no hay tasa que aguante, en algún punto no se puede pagar el interés prometido. Esta idea es la que gobierna las cabecitas de todos los inversores del planeta, desde el que tiene un kiosco hasta el magnate más empinado. Créase o no, ésta estupidez matemática es la responsable de la hambruna, de los problemas migratorios, de la emergencia de las derechas totalitarias, etc.   
                El marxismo y la revolución rusa posteriormente imaginaron que el final del desarrollo capitalista sería el socialismo justamente porque el modo de producción habría alcanzado su límite, tanto en lo respectivo a la acumulación como en la relación irresoluble del salario y la ganancia del capitalista. Sin embargo esto no se produjo debido a que los magnates del mundo han logrado insistir en un modo de producción en el que se sienten cómodos. Por otra parte el obrero no ha podido disputarle el poder al dinero porque el capitalismo después de los 60 del siglo pasado logró introducirse en la cabecita de los postergados y les infundió un aliento, aunque falto de los recursos de los patrones, una especie de aspiración al consumo que equipararon con libertad (se revolcarían en sus tumbas los que tomaron la bastilla), esta imbricación dio lugar a la idea, que se demostraría ridícula en las posteriores crisis económicas,  de hacer guita de la guita; los portafolios de inversión, la bicicleta financiera, la migración de las fábricas a los países periféricos para esclavizar al obrero abaratando así los costos. El tema es que hay recursos como para sostener la vida de todos los habitantes del planeta y más, pero el sistema los escatima.
                Cada vez es más difícil entender una charla de los economistas neoliberales de derecha porque dan vueltas sobre la misma hipótesis, sofisticando las herramientas matemáticas sin arribar a más solución que la conservación de lo acumulado. Alguien dijo “es la política estúpidos” y aunque no sea correcto subestimar a nadie, dan ganas de sostener esa frase como bandera frente a casi cualquier conflicto que se presenta en el mundo globalizado de hoy.
                La política, la carrera militante, es la única herramienta que tenemos para deshacer esta barbaridad, lo que no ve la razón lo ve la tripa. Y la política es esa tripa que se revoluciona conmovida por la imposibilidad de llevarle: comida a los hambrientos, alfabetización a los marginados, salud a los pobres, trabajo a los parados; la lista es interminable.  
                El camino para este problema de la inversión es patear el tablero, es una negociación con el gran capital que logre que éste renuncie a la ganancia esperada, al menos; en el mejor de los casos esa negociación debería confluir en una distribución de los recursos acumulados equitativamente y para eso la democracia y la política haciéndose cargo, con errores y aciertos, de lo justo.      

jueves, 1 de noviembre de 2018

La esperanza blanca




                            Frente a Olmedo hay que redoblar la militancia y las alianzas. No puede ser él la síntesis de nuestras contradicciones, porque aunque quizá tenga un valor lógico tal razonamiento, el resultado será un mar de sangre, una guerra civil.
                Las universidades han tenido el protagonismo en la conformación de los estados sudamericanos; Chuquisaca, Córdoba han sido las sedes donde se formaron los hombres de la política en los inicios de la liberación. También Europa formó a varios de nuestros líderes de aquella incipiente nación.
                La virtud de una formación universitaria es la de inscribirnos en líneas históricas de pensamiento donde la palabra incardina el canon, pero también la palabra propugna qué  nuevos hilos históricos se inaugurarán. El estado de derecho, la separación del hombre del estado natural, está determinado por la inscripción en el universo simbólico, es por esta lucha simbólica que se logra imponer una u otra cosmovisión del mundo a los estados que se gobiernan.
                No hay lucha justa que sea absoluta, toda justicia tiene, como diría Nietzsche, un inicio inconfesable, todo lo que es justo lo fue a partir de que un símbolo asumió el protagonismo como resultado de luchas de diversas fuerzas por asumir el poder. Mientras la batalla se mantenga en el campo de lo simbólico no habrá guerra. Pero la existencia de parlamentarios como Olmedo pone en duda tal posibilidad porque su lenguaje es belicista, si uno lo interpreta con no mucho esfuerzo.
                Quienes sostienen el llamado estado de derecho son personas necesariamente instruidas en ese pensamiento histórico, tomando partido del bando que crean justo, pero inevitablemente instruidas. El resto de las personas que componen el Estado, sobre todo en Argentina, practican una soberanía cortesana de intrigas y correveidiles, de trabajadores y trabajadoras avezados, pero con una idea muy irresponsable respecto de lo que significa la constitución de un Estado. De más está decir que tal situación sucede por el bajo acceso a la educación en nuestros pueblos y eso es sin duda una deuda pendiente.
                Olmedo les habla a ellos, a los más, a los que sienten que las mismas causas explican a un ladrón de celulares que a un millonario que fuga miles de millones de dólares de una Argentina necesitada de dólares. Olmedo les habla a los millones que integran las iglesias evangélicas[i] cuya condición, aturdidos por la conjunción de un lazo social roto por las contradicciones inevitables del régimen estatal histórico y la promesa falaz de ahorrarles el sufrimiento, los convierte en seres sin lenguaje propio.
Olmedo no sabe hablar, es un Macri morocho, no sabe hablar porque su vocabulario es necesariamente escaso, es el vocabulario de quien manda que le obedezcan. Distinto es el vocabulario de los hombres y mujeres de la política, los que negocian, los que negocian los destinos del país, de sus políticas internas y externas, ellos  tienen un vocabulario amplio pues diversos son los grupos con los que deben negociar.
Qué pena terrible, qué miedo, a los Olmedo, a los que no sabiendo que serán presa de su inoperancia tienen hoy posibilidades dirigenciales. Miedo a los que lograrán, si triunfan, derrumbar un país que hace apenas tres años era la promesa de un futuro mejor para los más, para los que no saben a quiénes votan,  los consumidos,  los vueltos mercancía, los desalmados a los que les han expropiado el alma a fuerza de las contradicciones de un sistema que licúa el lazo social. De ninguna manera podría ser para mejor una alternativa como los Macri o los Olmedo.
Ellos celebran la justicia por mano propia, ellos niegan los derechos humanos, ellos quieren ser obedecidos, quieren forjar un orden social en el cual sólo su palabra valga y al resto se les dará prisión o muerte. ¿Cómo hacer para que ésta no sea la alternativa? No se puede hacer nada. Nada más que seguir insistiendo. Porque no llegamos hasta aquí a través de cálculos racionales tampoco saldremos de aquí por ese método. Por eso las alianzas deben ser generosas, el límite es la no-política, el absolutismo, la no-palabra. La condición de la palabra es la disidencia, ese resto por el que a fuerza de insistir se cuela lo reprimido.
Tenemos un estado aún con instituciones sólidas pero se están vulnerando límites que nos arrojarán más tarde o más temprano a la anomia, existen además fuerzas políticas que en su pretensión revolucionaria empujan a sus militantes a una lucha que de acrecentarse su fragor pronto llevará a la lucha armada y en ella perdemos. Somos un estado de paz, podemos hacer mucho aún por restituir el orden institucional, nos unamos, seamos capaces de dejar de lado esas firmes convicciones de nuestro ortodoxo estudio, de nuestra orgánica y avancemos juntos para que el resultado de nuestras contradicciones no sea un Olmedo, un sociópata; seamos capaces de no rendirnos ante conclusiones lógicas si sabemos que la razón perseguida hasta sus últimas consecuencias destruirá lo que tanto nos ha costado construir. Eso es un psicótico, un ejercicio impecable de lógica que no encuentra su semántica.
Elegí al diputado nacional Olmedo porque en estos días está figurando en los pasquines mediáticos como la gran esperanza blanca, mi deseo no es excluir a esos hombres que piensan como él, mi deseo es que aún en la lucha contra ellos, podamos encontrar un punto en el que un significante los oriente a ellos para que nos incluyan a nosotros, para que puedan vernos. Después de todo somos el país que condenó a sus genocidas a cárceles de por vida, no a la pena de muerte.  

      



[i] Me refiero a las evangélicas porque ellas son la caricatura de lo que puede significar en un corazón desprevenido la religión en general. No me pronuncio contra la religión, sino contra los motivos que un ser humano habitante de nuestro suelo hoy tiene para llegar a profesar una fe determinada. Conozco sin embargo hombres y mujeres que asisten a su fe con una claridad manifiesta lejos de la confusión reinante, la psicosis generalizada.

miércoles, 17 de octubre de 2018

Lo no dicho que se dice

Viendo una película de 2012 que se llama Men in black 3 observé dos escenas que me parecieron impresionantes por su descripción de la realidad. Primero uno de los personajes acciona un mecanismo por el cual una biblioteca se abre y detrás aparece un arsenal de armas. Dado que estos instrumentos son determinantes en la trama de la película me pareció una alegoría sintomática de la lucha por el poder. La otra escena muestra un panteón de héroes esculpidos en una especie de polímero con muy poco detalle de los rostros, aparece un  busto que pudiera representar la cara de cualquiera y por lo tanto la de nadie.
                El saber ocultando las armas significa el papel que la palabra (la teoría) juega en la lucha por el poder económico. De esta manera uno puede imaginar cómo se construye una biblioteca económica con el fin de posibilitar el dominio. Si la biblioteca es desmontada por la crítica pronto accionan el mecanismo y acceden a las armas como herramienta última para lograr la sumisión.
                Los héroes que no se honran (la segunda escena referida), me remitió al caso de nuestros nuevos billetes sin próceres y a la frase del ex presidente del banco central Federico Sturzenegger “a donde vamos no necesitamos historia” significando el desconocimiento de uno de los saberes más importantes de las humanidades como es la disciplina Historia. La posibilidad de habitar tiempos pretéritos es un dispositivo que nos ha permitido a nosotros los mortales comprender procesos históricos, es otra de las herramientas que vía la palabra nos permite trascender nuestra efímera existencia habitando el pasado y previendo el futuro. Pero además le brinda al sujeto un amplio acervo semántico (más amplio cuanto más se estudia) para relatarse y arraigarse, ya que sin esta posibilidad lo que resta es locura y desarticulación social.    
                Desde el psicoanálisis se sabe que todo universo semántico es una ilusión consistente en sostener al psiquismo en el marco del proceso homeostático descrito por Freud. Pero también se sabe que esta misma afirmación es una ilusión. Lo que nos presentan estos seres que lideran la producción de mercancías en la actualidad no es una ilusión, ellos están ahítos de certezas. Que no necesitemos de la historia es una frase antigua que nació allí donde la patronal tuvo su primer encuentro con el obrero que desobedeció una orden. Porque ese obrero se organizó y defendió su demanda hasta convertirla en un derecho, alguien contó esto y produjo el milagro de la trascendencia porque esas páginas visitadas por curiosos lectores mostraron un camino a los oprimidos, pero no sólo a los oprimidos; es conocida la historia según la cual el capital de Marx se vendía como pan caliente en determinado momento porque era pregonado como el libro que le mostraría al capitalista qué hacer para explotar mejor a los obreros.
                No digo nada nuevo si afirmo que el cine como la expresión cultural masiva de nuestro tiempo es la productora de esa transposición didáctica de valores que el amo utiliza para intentar convertirse en hegemónico. Y digo intentar convertirse porque toda ilusión tiene por límite lo real y un amo desembozado no escapa a ello. Se les dificulta a los productores de todo en mercancía universalizar sus verdades aunque dispongan de todos los medios. Nuestra tarea contra-hegemónica es mostrar qué de esa ilusión hace agua e intentar a su vez proponer nuestra construcción simbólica para un mundo posible.

lunes, 8 de octubre de 2018

Habitar el límite


               

Hay que adaptarse para no morir, para no ser arrasados por las nuevas ideologías de derecha que vuelven al ruedo. Se puede seguir trabajando aún en el límite, lo que no se puede es volver de la muerte. No hay que ir al choque, no hay que azuzar el miedo en ellos porque el poder con miedo extermina, ya lo hemos vivido. Quiero a mis afectos vivos para poder seguir pensando alternativas políticas. Tengan en cuenta que se trata de la disputa por un orden, un orden significante que se impone sobre otro, hay que tratarlos a ellos como se trata a un paciente psiquiátrico, con cautela y prevención, al loco se lo corre para el lado que dispara o nos metemos en problemas, y en esta tarea se aprende a amar al loco porque descubrimos que algo, que incluso puede ser nuestro, trabaja en él para engendrar lo violento.
                No vivimos épocas en las que  se da la vida por un ideal; hoy, materialismo mediante, vivimos en la certeza de que vida es lo que tenemos para hacer y la muerte es eterna. Así que no encontraremos mucha gente cuerda que se arriesgue por ideas.
                El axioma que vincula al uno y los otros vale por sobre cualquier ideología, el estrangulamiento al que seremos sometidos no puede ir más allá de lo vital y necesario (en relación al acto de dominación que el amo ejerce sobre el esclavo)  así que propongo pensar este impasse en términos de adaptación y desapasionamiento para poder seguir produciendo un saber que en algún momento vuelva a tomar el poder. El amo sin sujeto explícito, sin el sujeto del inconsciente que la técnica niega, más tarde o más temprano volverá gimiendo por nuestros significantes para construir un sentido que vivifique lo muerto de un constructo sin historia ni raíces.
                Quizá ese mismo poder que hoy triunfa en urnas de la democracia, una democracia arrancada en el pasado de aquellas manos a fuerza de muertos y mucho sufrimiento, seamos nosotros mismos enalteciendo nuestras propias, innegables e indómitas miserias: no puede ganar alguien las elecciones sin que una gran parte de los marginados los vote. Piensen por ejemplo cómo funciona el mecanismo deseante que nos conforma: Desde que se inaugurara el american dream  hasta nuestros días, Lacan (porque incluso Lacan es un hombre de su tiempo) pronosticó  un hueco, al modo de un barril sin fondo, en el centro del sujeto, tan en el centro que en su topología se encuentra este hueco en el centro de los tres registros RSI. Ese abismo es el que llena la mercancía y licuado, hasta el lazo social transformado en mercancía.
                Ese ahorro/ajuste que toma como bandera la derecha puede ser interpretado como un límite que el sujeto debe darse, un nuevo pacto con la castración para que ese hueco finalmente cese en su demanda ilimitada. Quizá estemos más implicados de lo que creemos en las afirmaciones fascistas de los líderes de derecha que hoy copan la parada en muchas partes del mundo. Recordemos que ello (el ello de la segunda tópica de Freud) habla en nosotros, ello nos habla, somos hablados por ello.   
                    El amo finalmente quiere volver al mando y usurparle al discurso capitalista la escena. Davos es quizá uno de los ejemplos de que el poder transnacional ha podido interpretar que la técnica finalmente terminará por deglutirlos a ellos mismos. Y esto no los redime ni los transforma en filántropos, no, es el intento por restituir un amo con todas las cualidades sádicas y coercitivas de su estirpe. El impasse nos devuelve la imagen de que un mundo sin amos es un mundo sin orden y ahí estamos: ¿Es posible un mundo sin orden/amos? Veníamos en esa dirección, la expresidenta Cristina Fernandez tuvo el alto valor de denunciar la existencia de un anarco-capitalismo; señales.
                Entonces podríamos imaginar un mundo en donde disputan el poder los amos entre sí para imponer un orden porque el deseo desbocado o el no deseo podríamos decir, la histeria generalizada (recuerden ustedes que un análisis puede eventualmente llevar a una psicosis), no genera ningún orden, ninguna previsibilidad. No por nada la O.N.U. no puede desempeñarse como un órgano rector, ya que las naciones más poderosas y sus aliadas se saltan sus directivas a cada rato, recuerdo en este momento a Bush hijo esgrimiendo el argumento de que Irak tenía armamento de destrucción masiva para fundamentar su intervención militar, la ONU diciendo que no, los escudos humanos y la invasión realizándose de todas maneras.
                Tampoco es raro que los nuevos líderes que triunfan en las urnas aparezcan como caricaturas de amos. Dan risa y meten miedo. En realidad ellos son los esbirros del poder.
                Volviendo al principio, retornando, son épocas para cuidarse, producir , estudiar, porque cuidarnos es sostener un saber en reserva, como dice Alemán, que mientras estemos vivos, mientras podamos transmitirlo, aguardará allí a una nueva instancia que lo haga emerger en toda la escena, o no: Porque la contingencia es una de las caras de la ley.


               

sábado, 6 de octubre de 2018

Colonia No


Estados Unidos ve cuestionada su hegemonía global, frente a esto ha puesto la mirada en Latinoamérica para retomar el control que había perdido;  que si no lo había perdido al menos se le estaba escapando de las manos. A esta injerencia del norte en los asuntos latinoamericanos le llamamos neocolonialismo.
Ustedes saben que en épocas de la colonia, española primero e inglesa después, en Argentina se dieron una serie de dificultades sociales que terminaron por desencadenar hechos emancipatorios a lo largo del siglo XIX. Tal liberación se produjo no por la idea patriótica (la tesis a la que suscribo es que el nacionalismo no obra de fundamento sino de coadyuvante) sino por los ríos de sangre y sufrimiento que la condición de colonizados importó. Es por ello que nos oponemos a una nueva etapa colonial.
Los ganadores de la subordinación al imperio son siempre pocos, estos a su vez necesitan de la mano de obra de los más para sostener su posición beneficiosa. O como en el caso de nuestra Argentina actual, necesitan (aunque no lo digan) eliminar, aniquilar, asesinar a millones de explotados para convertir en rentable sus empresas al servicio de la extranjería. Hacerle el servicio a la extranjería es el beneficio económico de aquellos pocos. Este panorama pronto hará que un ámbito democrático se convierta en una dictadura genocida. Pero no son esos de la clase alta los que empuñan el fusil para eliminar sobrantes humanos, son las fuerzas armadas en todos sus estamentos los que prestarán tal asistencia criminal. Tenemos entonces el panorama escindido, los ricos y poderosos por un lado vinculados a una parte del pueblo que es su mano de obra y por el otro lado una guerra civil para someter a las mayorías. Éste es el río de sangre y sufrimiento del que hablamos.
Argentina demostró varias veces en su reciente historia que era posible vivir en un estado equilibrado, incluso se nombra a esta tierra como una región de paz. El neoliberalismo jugando las cartas de un nuevo estatuto de colonia para nuestra patria está orientando el aluvión social hacia la guerra civil. Cómo hace eso: reduciendo el poder de los sindicatos, demonizando a sus dirigentes, situando el discurso y el hecho de la deuda por encima de cualquier posibilidad de cumplir con ella, reduciendo programas sociales que hacían que los marginados tuviesen condiciones menos indignas de vida, produciendo un relato sobre la educación y salud pública que las lleva al estatuto de privadas para generar un sistema más, otro de los dispositivos,  de acumulación de capital, reintroduciendo aquello de que el egoísmo del carnicero nos beneficia a todos porque así el mercado provee. Reduciendo los subsidios a las pequeñas empresas para favorecer la capitalización de las pocas empresas sobre las cuales quieren fundar el nuevo orden de segregación y muerte.
Las matemáticas por sí solas no resuelven nada, nuestros actuales gobernantes practican una epistemología decimonónica que no sé si por ingenuidad o por maniobra estratégica pretende colgar de una integral (fórmula matemática) la decisión organizativa de lo social. Huida de la política, pero más que huida negación y persecución. Podría ser prueba de que se trata de una estrategia maliciosa, el hecho de que el algoritmo matemático funcione siempre a favor de unas empresas y no de otras. De cualquier forma la ingenuidad puede ser también una forma de malicia.
El neocolonialismo es la carta que juega el neoliberalismo en nuestro suelo, se sirve de la existencia de una oligarquía heredera de los terratenientes del 30 que ahora tiene sus raíces no sólo en las extensiones de tierra cultivadas por sus arrendatarios sino en algunos (muy pocos) segmentos de la industria y en la timba financiera para multiplicar sus divisas. Tal forma de la economía exprime al pueblo en su conjunto haciendo retroceder a la clase media a la pobreza, la pobreza a la indigencia y los indigentes a la extinción, en una continuidad que sólo se detiene para brindarle mano de obra (cada vez menos necesaria) a los proyectos de esa clase alta, de ganancias pornográficas, plusvalía demencial e inhumana.







miércoles, 3 de octubre de 2018

El miedo a la ecuanimidad en la política.




                Se da un juego de imposturas con el fin de interesar a los votantes, allí perdemos todos. Podría sintetizar esto con la historia reciente: Macri fue electo presidente siguiendo esa estrategia teatral y Néstor Kirchner, al carecer de legitimidad en medio de una revuelta popular tuvo que abandonar la impostura y encarnar los valores que masivamente reclamaba el pueblo[i] argentino; éstos valores no fueron cosechados de manera directa, sino que fueron depositados en las manos del presidente a partir de representantes políticos, muchos de ellos no provenían de instituciones partidarias tradicionales, provenían de los movimientos sociales forjados a la luz de las ollas populares, de los piqueteros, de los partidos minoritarios que formaron la alianza frente para la victoria. Así que se dieron dos condiciones, por un lado la alianza con esos sectores y por el otro la capacidad de Néstor, probablemente producto de su propia historia, de estar a la altura de los acontecimientos.
                Que el frente para la victoria no haya hecho uso de la impostura no significa, en mi razonamiento, que no pueda llevarla adelante en otro momento electoral. Porque ese miedo a la ecuanimidad es muy seductor. Como ven ustedes sólo se abandona ese miedo cuando las papas queman; el momento de acefalía y muerte que vivió la Argentina en aquellos años condicionó el accionar de un gobierno que además supo cómo actuar.
                Ecuanimidad es el accionar con justicia, para accionar con justicia hay que suponer un hecho objetivo sobre el cual se obra. Si bien la objetividad comtiana (positivista) es una imposibilidad lógica, puede construirse. Se construye yendo a las raíces culturales de la nación, habiendo estudiado los clásicos, habiendo tomado partida por las líneas históricas que definen el derrotero político y el acontecer social, impregnándose de los debates intestinos que se dan en el centro de las instituciones y en el afuera que puja por instituirse. Lo partidario representa esta constitución de objetividad.
                Es por ello que la coalición cambiemos que fusiona a lo menos partidario de la UCR y a los CEOS que constituyen el PRO, representan un NO partido político. Son los herederos del 76,  enemigos de la palabra, y por lo tanto asesinos y perversos. Cambiemos no respeta las instituciones porque pertenece a una línea teleológico económica que define lo objetivo por fuera de los debates. Utilizan, por ejemplo, los grupos de opinión y así creen que obtienen lo que a los ciudadanos les importa. Para que haya un grupo de opinión las personas deben cumplir con determinadas características que les permita decodificar y codificar las consignas que circulan, en ese sentido podemos decir que nuestro gobierno actual es un gobierno para la clase media a la que además traiciona, porque equipa a la policía para eliminar los hurtos y a la vez le sube el precio de los insumos para degradarlos de clase.
                Los hechos sociales se interpretan, saber cómo actuar en el gobierno de un país es contar con una biblioteca copiosa de volúmenes leídos. A pesar de sus particularidades, cambiemos representa en Argentina lo que el neoliberalismo representa en el mundo; la huida confesa de la política. Pero lo que no saben quiénes votan a cambiemos es que esta huida no es gratuita, pronto se convierte en muerte programada, en paramilitarismo, en represión armada. Lo único que evita nuestra pertenencia al reino de los animales superiores es la palabra, sin ella la ley del que tiene las balas impera, o sea no hay ley. En el plano social decimos que palabra es política.  
                El juego de imposturas en política no se asocia solamente al neoliberalismo, es un modo de estrategia militar que han utilizado muchos partidos políticos y consiste en distraer al enemigo para sorprenderlo y darle caza. Por el contrario las grandes gestas emancipatorias han sido experiencias genuinas, con actores comprometidos que si deben morir lo hacen realmente en escena. También es cierto que esto constituiría obras teatrales con muchos mártires, pero las metáforas no son exhaustivas y se debe comprender sus límites. Los acontecimientos del 25 de Mayo de 1810, el 9 de Julio de 1816, el Yrigoyenismo a la luz de las protestas obreras, la reforma universitaria, el 17 de octubre de 1945, etc. son ejemplos de gestas emancipatorias.
                Sería importante que este juego de imposturas cesase para volver a dar paso a lo genuino en política, sin que para ello tuviésemos que vivir la muerte de nadie. Pero a lo mejor este es un pedido burgués de uno que no teniendo ese estatuto económico tiene, sin embargo, esa consciencia.      
               



[i] Pueblo es una categoría conflictiva, entiéndase aquí la mayoría, porque es una verdad que la mayoría son los postergados, los explotados del sistema.









sábado, 29 de septiembre de 2018

La constitución del sujeto tal cual la teoriza Lacan como premisa para una organización popular

                       Hace muchos años, cuando era un joven estudiante de ingeniería, comencé a pensar que los individuos de nuestra sociedad deberían asistir masivamente a consultorios psicológicos si pretendíamos una comunidad ordenada. Mi conocimiento de la psicología entonces se reducía a mi propia experiencia en terapia y a algunos libros, entre ellos uno de autoayuda que fue el que me dio ánimo para asistir a un terapeuta. Claro, el orden cuasi militar que importaba una currícula ingenieril de aquel tiempo sostenía mi desconocido universo psicótico (aún se mantenían en pie algunas estructuras que evitaban que desbandara el universo significante que me sostenía), por ello la idea de orden social. Pasaron más de quince años y esa idea de la psicología masiva retornó con otros nombres y con otros modos.
                Cómo intervenir en el campo político a partir de estas ideas: Fundando una nueva concepción de sujeto. Ésta es la concepción de sujeto lacaniano. Porque en general el accionar en el campo político supone una idea de sujeto, pero esa idea es la del sujeto absoluto hegeliano. Y Lacan vía Freud produce una teoría del sujeto que da cuenta de una serie de hechos que el sujeto/el hombre autoconsciente de Hegel no puede explicar, ni le interesa. No tiene interés porque el marco de referencia epistemológico de Hegel fue la revolución francesa, y ésta tenía a la diosa razón por reguladora de lo social. Bueno, a la luz de Lacan se verá que esa razón es un efecto del inconsciente y que de ninguna manera ilumina la voluntad del individuo. Es decir no hay autonomía de la voluntad, no hay autoconsciencia.
                Lo que sí hay es un aparato denominado inconsciente (en adelante icc.) que podría describirse como una colección discreta de significantes ordenados por las vicisitudes del tránsito por el Edipo y el estadio del espejo. Ese orden signará una determinada forma de demanda del sujeto, éste quedará preso de ese orden y todo lo que en su vida afirme, niegue, crea o descrea estará determinado, entre otras cosas, por ese orden significante. Al decir de Isidoro Vegh, el yo (instancia psicológica) cree que decide y no, el amor es ciego y un buen matrimonio es una lotería. Esto significa una nueva herida narcisista al hombre; primero fue Copérnico que nos quitó del centro del universo, luego fue Darwin señalando nuestra pertenencia al comité de la vida genérica, quitándonos esa idea de ser la creación de un Dios que nos distinguía entre las demás especies, y por último Freud y Lacan expropiándonos la voluntad, determinados por un dispositivo que no comandamos (el icc.).
                Es muy importante instruir a las bases militantes tanto como a nuestra dirigencia política y partidaria en esta nueva o relativamente nueva concepción de sujeto para que se haga en política algo mejor de lo que venimos haciendo. Y no me refiero, claramente, al orden social que imaginaba en mi juventud (ingeniería social podría llamarse lo que mi psique pensaba entonces) sino al fortalecimiento del lazo social que sostiene una comunidad cualquiera. En ese lazo es posible relatar la vida, las vivencias del sujeto; fuera de él la psicosis, el abismo.
                Reitero una sugerencia de lectura que ya hice en otro escrito: “La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud”, Escritos, Jacques Lacan, Siglo XXI editores, pag. 473. En ella encontrarán la inversión del sujeto Hegeliano por parte de Lacan poniendo de relieve lo que él llamó el plano simbólico, que es lo que nos interesa para esta concepción de sujeto acorde con una política posible, algo que no sea esta marcha hacia la extinción de la especie que parece irremediable. 

viernes, 28 de septiembre de 2018

Cuándo es posible elegir

              Existe una tendencia general a evaluar la elección presidencial de 2015 como aquella instancia en donde la gente eligió mal, en contra de sus intereses, por odio a la figura de Cristina, odio que fue el eco en los medios de ciertos aspectos miserables de los ciudadanos. Coincido con esto aunque podríamos ampliarlo. También hay otra cuestión.
                La hipótesis es que no se escogió un candidato que la gente identificara con el modelo contrahegemónico que salía del gobierno. Además existe otra circunstancia que explica esta hipótesis, y es que el modelo político económico que se inició en 2003 nunca fue votado por la gente, apenas un 22% de los votos llevó a Néstor Kirchner a la presidencia. Mi análisis es que un modelo distributivo, en las condiciones actuales de desarrollo del capital, nunca será votado masivamente. Ya que el enemigo es muy poderoso, por un lado cuenta con la tendencia al hiperconsumo del ciudadano vía la oferta promiscua de mercancías, por otro lado los propietarios de los medios de producción que hoy son básicamente los propietarios de la banca y del circuito financiero, inmediatamente disponen de dispositivos que con mucha efectividad ligan xenofobia y mercado para inculcar en las cabecitas distraídas que lo extraño (la política) hará que no puedan inscribirse como sujetos del consumo y por lo tanto estará en juego esa palabrita siempre próspera que se escribe así: felicidad.
                Estarán diciendo que me olvido de las dos candidaturas exitosas de Cristina Fernández y del 54% de los votos obtenidos por ella. Yo me apuraré a decir que los tiempos de la estrategia son más largos, a veces, que los tiempos de las personas. El establishment se vio sorprendido en 2003 por la emergencia de Néstor Kirchner, no se imaginaron jamás que dejaría de ser la marioneta de Duhalde y que pronto se ajustaría al ritmo que marcaba el pueblo masivamente; juicios a los crímenes de lesa humanidad, inversión en infraestructura como escuelas, casas, aumento salarial, descongelamiento de las paritarias, etc. Esta sorpresa y el hecho de no tener la bola de cristal de la adivina, hizo que el enemigo del pueblo, esos señores glotones, tuvieran que comenzar a desarrollar una estrategia para vencer la ola redistributiva que propuso Néstor y después Cristina desde la presidencia.    
                En eso estaban los poderes económicos mientras sucedía el éxito en lo político del matrimonio Kirchner. Aquí una aclaración que es muy necesaria, se trataba del éxito del matrimonio presidencial porque en realidad muy pocos integrantes del FPV se parecían a sus principales dirigentes. Prueba de ello fue la imposibilidad señalada para encontrar fuera del matrimonio a quiénes los sucediesen en el gobierno. Tardaron mucho tiempo en instalar un sistema de medios que comenzara a socavar la figura de Cristina y entonces el encono se iría acumulando.
                Tal como se presenta el panorama uno podría decir que la irrupción del modelo populista en la Argentina es una anomalía en el sistema. Hace décadas que los gobernantes representan a las corporaciones en el gobierno nacional, y esto produce una patria devaluada fértil para los negocios corporativos.
                Son varias las razones por las cuales se perdió la elección en 2015, pero creo que lo más indignante es que, sean cuales fueren las causas de la derrota, ganó Macri; un hombre con una erudición paupérrima, representante del sentido común homicida de los milicos del 76, liviano en sus discursos como una sábana tendida al viento. Es el que le lleva los cuadernos al pibe popular de las películas de adolescentes yanquis, fungiendo de popular. Una vergüenza para cualquiera que conozca la historia mundial de líderes políticos.



lunes, 24 de septiembre de 2018

El tamaño de la injusticia


                Desde 2001 hasta 2003 se produjo una movilización masiva de los desposeídos que llevó al gobierno a una facción del partido justicialista y aliados; el presidente electo por el veinte y pico por ciento de los votos supo estar a la altura de los acontecimientos, a tal punto que hizo como gobernante nacional lo que quizá no hizo nunca como gobernador o intendente en el sur; olvidarse del patrimonio personal y entregarse por entero a conducir a la nación hacia una economía que incluyese a todos, reinventando la dignidad de los empobrecidos; planes sociales mediante, incentivo a las cooperativas, etc.
                Para el 2005 ya era tan grande la sensación de que aquí en Argentina, como en los países vecinos, se estaba produciendo un hecho del tamaño de una contestación al poder financiero, que comenzaron a militar en las filas de los movimientos afines al frente para la victoria los pibes hijos de aquella endeble clase media que subsistió a la arremetida neoliberal de los 90. Los centros de estudiantes secundarios y universitarios hablaban el mismo idioma que el presidente, había una promesa y su cumplimiento. El 25 de mayo de 2005 daba un pequeño recital Silvio Rodriguez en plaza de mayo, no dijo una palabra, tal era su asombro y supongo, su desconfianza.
                Los años pasaron y esa sensación no cambió porque los gobernantes siguieron estando a la altura de los tiempos que vivía el pueblo. Por supuesto el enemigo es tan avieso y poderoso que no se quedó en las sombras. Mientras en las escuelas se les enseñaba a los pibes a ver tele, sí a ver tele, porque en la materia comunicaciones se les enseñaba qué era un anuncio publicitario cual era la calidad de ciertos contenidos insertando ejemplos cotidianos en el contexto social, mientras esto sucedía los enemigos de la comunidad compraban medios, preparaban periodistas cipayos, los salieris de Neustad, y ponían en la gobernación de la C.A.B.A. al hijo de Macri, el que no había sabido hacer más que eso y que en el futuro estaría destinado a ser electo presidente conservando el papel de títere que tan bien supo ejercer.
                Los pibes militando y de su mano los expulsados de los noventa, los poetas, los lectores de los poetas, los enamorados de la comunidad volvieron a las fiestas patrias, a celebrar su pertenencia nacional como es justo; que su vida depende de ello. Abro una lista de algunos de los logros políticos del FPV en argentina:
Garantizó empleos: La creación de empleos para reducir la desigualdad social, a raíz de la pobreza fue una de las premisas del proceso iniciado por Néstor, que asumió el Gobierno de Argentina con una tasa de desempleo de 17,3 por ciento en 2003, para reducirla a 7,9 una vez culminó su periodo presidencial.
En 2014 con Fernández, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el desempleo se situó en 6,9 por ciento.
Reducción de pobreza: La pobreza en Argentina alcanzó uno de los niveles más críticos durante la gestión de Menem, quien finalizó su mandato con un 54 por ciento en este ámbito. Para finales de 2004, ya con Néstor Kirchner frente a Argentina, el índice de pobreza se ubicó en 40,28 por ciento.
Dicho indicador se ubicó según el Indec, durante el actual Gobierno de Cristina, en 4,7 por ciento para 2013.
Inflación: En su primer año presidencial, el líder del FPV logró reducir a poco más de la mitad la inflación, de 13,4 logró ubicarla en 6,1 por ciento.
Crecimiento económico: De acuerdo a cifras divulgadas por el Banco Mundial (BM), entre 2003 y 2009, el 45 por ciento de la población alcanzó la clase media, pasando de 9,3 millones a los 18,6 millones.
El Producto Interno Bruto (PIB) que para 2003 estaba en -10,8 por ciento, alcanzó a ubicarse en 2010 en 8,4 por ciento. Luego en 2013, luego de una caída en la economía el año anterior, se consiguió un repunte que ubicó este índice en 2,9 por ciento.
Nacionalización: Néstor Kirchner reactivó la política de Perón en cuanto a nacionalizar empresas, como las correspondientes a Aeropuertos Argentinos, el servicio de Correos, Aguas Argentinas y servicios públicos, privatizados durante la presidencia de Menem.
Fernández en 2012 impulsó la ley de la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina, con la que se logró la nacionalización del 51 por ciento accionario de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
Ataque al default: La deuda de Argentina alcanzó uno de los escenarios más críticos en su historia, ubicándose en 138 por ciento que durante los diez años del kirchnerismo, logró reducirse a 40 por ciento del PIB.
Néstor Kirchner se caracterizó por negociar dos de las más grandes deudas argentinas, restructurando una de ellas en 93 por ciento de su total y, una quita de más del 60 por ciento del capital.
Además de esto, Kirchner vivió el aumento de las reservas internacionales de $10 mil 476 millones (2002) a $52 mil 200 millones (2010).
Fondos Buitre fue una asignatura pendiente para Néstor, sin embargo, el Gobierno de Cristina le hizo frente a la postura de sus demandantes al apelar la misma ante la Corte Suprema de EE.UU., que dictaminó que el juez neoyorquino Thomas Griesa no tenía derecho de embargar los activos del Banco Central de Argentina.
Justicia social: Los Kirchner han impulsado y mantenido diferentes programas sociales en Argentina desde hace trece años, entre ellos: Asignación Universal por Hijo, Ingreso Social con Trabajo, Ellas Hacen, Plan Más y Mejor Trabajo, Prestación por Desempleo, El Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios  (Fines), Argentina Trabaja y Emprendedores de nuestra tierra.
Educación como prioridad: Después de Juan D. Perón, Néstor Kirchner se convirtió en el segundo gobernante de Argentina en construir mayor número de escuelas, totalizando mil durante su gestión.
La matricula escolar se elevó a 17 por ciento en 2010, asimismo, la tasa de escolaridad en el nivel primario es del 99 por ciento y del 82,2 por ciento en el nivel secundario.
Cristina Fernández siguió la política de su esposo, cuando en 2012 aprobó un aumento de mil por ciento comparado con 2001 para los docentes.
Viviendas: De acuerdo a un balance presentado por la presidenta, Cristina Fernández, desde 2004 hasta septiembre de 2015, se han entregado 914 mil 415 viviendas, las cuales han beneficiado a más cuatro millones 414 mil personas en toda Argentina.
Defensa de los DD.HH.: Raúl Ricardo Alfonsín fue uno de los Jefes de Estado en Argentina con mayor aceptación en ese país, gracias a que impulsó la defensa de derechos humanos, con el popular Juicio a las Juntas en el 85, que buscaba enjuiciar a los responsables de la Reorganización Nacional (1976-1983), a quienes se les acusó de cometer crímenes de lesa humanidad.
Carlos Menem ordenó durante su mandato una serie de indultos para los involucrados en la dictadura militar en Argentina, no obstante, una de las primeras medidas tomadas por Néstor Kirchner, fue anular dichos indultos a través del Congreso de la Nación, declarando que era inconstitucional conceder perdón a dichos crímenes.
Cristina Fernández le ha dado continuidad a la lucha emprendida por Néstor, especialmente a la búsqueda de familiares de las Abuelas de la Plaza de Mayo, movimiento que surgió para exigir justicia por los crímenes de la dictadura militar.
Cercanía con Latinoamérica: La política exterior que ha mantenido Argentina ha sido cambiante en los últimos 35 años. Episodios que generaron conflictos como el caso de Las Malvinas con la dictadura militar, hasta regirse por órdenes extranjeras, como el caso de Menem quien siguió las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
A su llegada a la presidencia, Néstor Kirchner, se enfocó en promover las relaciones con las naciones de su región, especialmente con Venezuela y Brasil por un lado, por otro un distanciamiento con el Gobierno de EE.UU., debido a su posición con los Tratados de Libre Comercio.
Creó la Unión Suramericana del Sur (Unasur) e impulsó la defensa del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Durante la gestión de Fernández, la política de estrechar lazos en Latinoamérica se mantiene en pie, sumando a Bolivia y Ecuador, en este último país la mandataria encabezó la inauguración de la sede de Unasur, donde destacó el carácter socialista de sus integrantes.

Consideré necesario hacer este repaso ya que esa sensación de la que hablaba se funda en tales hechos políticos. El argentino pudo intuir que había un gobierno que lo representaba, que principalmente representaba su deseo de hacerle frente a una macroeconomía global que lo asfixia y lo disuelve como si fuera nadie.
En diciembre de 2015 se produjo la obscuridad, llegaron nuevamente los cargados nubarrones de la globalización neoliberal, ellos le llaman “volver al mundo”. Rápidamente desmantelaron el aparato productivo basado en el consumo interno y para ello tuvieron que abolir la incipiente contracultura que había logrado erigir el gobierno de Nestor Kirchner y Cristina Fernandez de Kirchner, eliminando por decreto la ley de radiodifusión;  comenzó una bestial transferencia de recursos de aquella abundante clase media a los sectores concentrados de la economía (para ser claros, expulsando a los más hacia la pobreza y la indigencia en favor de los ya poderosos, esos glotones de la economía), los grandes exportadores de granos, la minería, las empresas monopólicas y oligopólicas como es el caso de petroleras y eléctricas. Rápidamente liberaron ese fantasma sádico que habita en las fuerzas represivas y la razón fueron los palos y las balas para que la gente comprenda que había vivido una fantasía y que ahora que volvemos al mundo su lugar es la marginalidad cercana a la muerte y la agonía.
Aquí viene el título de esta nota; esos militantes jóvenes y sus enamorados poetas creyeron en un para siempre de su fe concretada en hechos, y hoy, a pocos años de aquella dicha miran con miedo y hasta con dudas sus actos ciudadanos y el de aquellos gobernantes que lograron hacer del país una comunidad, un conjunto de otros que pueden reconocerse como iguales. El tamaño de la injusticia es la fe quebrantada, las dudas y las certezas a contramano que reflotan en el cuerpo social; tener que pensar nuevamente que contra el poder financiero nadie puede nada, apenas doce años, no más.
Desearía abrazar como una madre a esa enorme multitud de hombres y mujeres (perdonen mi lenguaje no inclusivo, pero a pesar de que estoy a favor de la inclusión me resisto a escribir así) que han quedado desahuciados moral y económicamente. Desearía no tener esta pena.


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