Desde
2001 hasta 2003 se produjo una movilización masiva de los desposeídos que llevó
al gobierno a una facción del partido justicialista y aliados; el presidente
electo por el veinte y pico por ciento de los votos supo estar a la altura de
los acontecimientos, a tal punto que hizo como gobernante nacional lo que quizá
no hizo nunca como gobernador o intendente en el sur; olvidarse del patrimonio
personal y entregarse por entero a conducir a la nación hacia una economía que
incluyese a todos, reinventando la dignidad de los empobrecidos; planes
sociales mediante, incentivo a las cooperativas, etc.
Para
el 2005 ya era tan grande la sensación de que aquí en Argentina, como en los
países vecinos, se estaba produciendo un hecho del tamaño de una contestación
al poder financiero, que comenzaron a militar en las filas de los movimientos
afines al frente para la victoria los pibes hijos de aquella endeble clase
media que subsistió a la arremetida neoliberal de los 90. Los centros de
estudiantes secundarios y universitarios hablaban el mismo idioma que el
presidente, había una promesa y su cumplimiento. El 25 de mayo de 2005 daba un
pequeño recital Silvio Rodriguez en plaza de mayo, no dijo una palabra, tal era
su asombro y supongo, su desconfianza.
Los
años pasaron y esa sensación no cambió porque los gobernantes siguieron estando
a la altura de los tiempos que vivía el pueblo. Por supuesto el enemigo es tan
avieso y poderoso que no se quedó en las sombras. Mientras en las escuelas se
les enseñaba a los pibes a ver tele, sí a ver tele, porque en la materia
comunicaciones se les enseñaba qué era un anuncio publicitario cual era la
calidad de ciertos contenidos insertando ejemplos cotidianos en el contexto
social, mientras esto sucedía los enemigos de la comunidad compraban medios,
preparaban periodistas cipayos, los salieris de Neustad, y ponían en la
gobernación de la C.A.B.A. al hijo de Macri, el que no había sabido hacer más
que eso y que en el futuro estaría destinado a ser electo presidente
conservando el papel de títere que tan bien supo ejercer.
Los
pibes militando y de su mano los expulsados de los noventa, los poetas, los
lectores de los poetas, los enamorados de la comunidad volvieron a las fiestas
patrias, a celebrar su pertenencia nacional como es justo; que su vida depende
de ello. Abro una lista de algunos de los logros políticos del FPV en
argentina:
Garantizó
empleos: La creación de empleos para reducir la desigualdad social,
a raíz de la pobreza fue una de las premisas del proceso iniciado
por Néstor, que asumió el Gobierno de Argentina con una tasa de desempleo
de 17,3 por ciento en 2003, para reducirla a 7,9 una vez culminó su periodo
presidencial.
En
2014 con Fernández, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y
Censos (Indec), el desempleo se situó en 6,9 por ciento.
Reducción
de pobreza: La pobreza en Argentina alcanzó uno de los niveles más
críticos durante la gestión de Menem, quien finalizó su mandato con un 54
por ciento en este ámbito. Para finales de 2004, ya
con Néstor Kirchner frente a Argentina, el índice de pobreza se
ubicó en 40,28 por ciento.
Dicho
indicador se ubicó según el Indec, durante el actual Gobierno de Cristina,
en 4,7 por ciento para 2013.
Inflación: En su primer año
presidencial, el líder del FPV logró reducir a poco más de la mitad la
inflación, de 13,4 logró ubicarla en 6,1 por ciento.
Crecimiento
económico: De acuerdo a cifras divulgadas por el Banco Mundial (BM),
entre 2003 y 2009, el 45 por ciento de la población alcanzó la clase
media, pasando de 9,3 millones a los 18,6 millones.
El
Producto Interno Bruto (PIB) que para 2003 estaba en
-10,8 por ciento, alcanzó a ubicarse en 2010 en 8,4 por ciento. Luego en 2013,
luego de una caída en la economía el año anterior, se consiguió un repunte
que ubicó este índice en 2,9 por ciento.
Nacionalización:
Néstor Kirchner reactivó la política de Perón en cuanto a nacionalizar
empresas, como las correspondientes a Aeropuertos Argentinos, el servicio de
Correos, Aguas Argentinas y servicios públicos, privatizados durante la
presidencia de Menem.
Fernández
en 2012 impulsó la ley de la soberanía hidrocarburífera de la República
Argentina, con la que se logró la nacionalización del 51 por ciento accionario
de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
Ataque
al default: La deuda de Argentina alcanzó uno de los escenarios más críticos
en su historia, ubicándose en 138 por ciento que durante los diez años del
kirchnerismo, logró reducirse a 40 por ciento del PIB.
Néstor Kirchner se
caracterizó por negociar dos de las más grandes deudas argentinas,
restructurando una de ellas en 93 por ciento de su total y, una quita de más
del 60 por ciento del capital.
Además
de esto, Kirchner vivió el aumento de las reservas internacionales de
$10 mil 476 millones (2002) a $52 mil 200 millones (2010).
Fondos
Buitre fue una asignatura pendiente para Néstor, sin embargo, el Gobierno
de Cristina le hizo frente a la postura de sus demandantes al apelar la
misma ante la Corte Suprema de EE.UU., que dictaminó que el juez neoyorquino
Thomas Griesa no tenía derecho de embargar los activos del Banco Central
de Argentina.
Justicia
social: Los Kirchner han impulsado y mantenido diferentes
programas sociales en Argentina desde hace trece años, entre ellos: Asignación
Universal por Hijo, Ingreso Social con Trabajo, Ellas Hacen, Plan Más y Mejor
Trabajo, Prestación por Desempleo, El Plan de Finalización de Estudios
Primarios y Secundarios (Fines), Argentina Trabaja y Emprendedores de
nuestra tierra.
Educación
como prioridad: Después de Juan D. Perón, Néstor Kirchner se
convirtió en el segundo gobernante de Argentina en construir mayor número de
escuelas, totalizando mil durante su gestión.
La
matricula escolar se elevó a 17 por ciento en 2010, asimismo, la tasa de
escolaridad en el nivel primario es del 99 por ciento y del 82,2 por
ciento en el nivel secundario.
Cristina
Fernández siguió la política de su esposo, cuando en 2012 aprobó un aumento de
mil por ciento comparado con 2001 para los docentes.
Viviendas: De
acuerdo a un balance presentado por la presidenta, Cristina Fernández, desde
2004 hasta septiembre de 2015, se han entregado 914 mil 415 viviendas, las
cuales han beneficiado a más cuatro millones 414 mil personas en toda
Argentina.
Defensa
de los DD.HH.: Raúl Ricardo Alfonsín fue uno de los Jefes de Estado en
Argentina con mayor aceptación en ese país, gracias a que impulsó la
defensa de derechos humanos, con el popular Juicio a las Juntas en el 85, que
buscaba enjuiciar a los responsables de la Reorganización Nacional (1976-1983),
a quienes se les acusó de cometer crímenes de lesa humanidad.
Carlos
Menem ordenó durante su mandato una serie de indultos para los
involucrados en la dictadura militar en Argentina, no obstante, una de las
primeras medidas tomadas por Néstor Kirchner, fue anular dichos indultos a
través del Congreso de la Nación, declarando que era inconstitucional conceder
perdón a dichos crímenes.
Cristina
Fernández le ha dado continuidad a la lucha emprendida por Néstor,
especialmente a la búsqueda de familiares de las Abuelas de la Plaza de Mayo,
movimiento que surgió para exigir justicia por los crímenes de
la dictadura militar.
Cercanía
con Latinoamérica: La política exterior que ha
mantenido Argentina ha sido cambiante en los últimos 35 años. Episodios que
generaron conflictos como el caso de Las Malvinas con la dictadura militar,
hasta regirse por órdenes extranjeras, como el caso de Menem quien siguió las
recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
A
su llegada a la presidencia, Néstor Kirchner, se enfocó en promover las
relaciones con las naciones de su región, especialmente con Venezuela y Brasil
por un lado, por otro un distanciamiento con el Gobierno de EE.UU., debido a su
posición con los Tratados de Libre Comercio.
Creó
la Unión Suramericana del Sur (Unasur) e impulsó la defensa del Mercado Común
del Sur (Mercosur).
Durante
la gestión de Fernández, la política de estrechar lazos en Latinoamérica se
mantiene en pie, sumando a Bolivia y Ecuador, en este último país la
mandataria encabezó la inauguración de la sede de Unasur, donde destacó el
carácter socialista de sus integrantes.
Consideré
necesario hacer este repaso ya que esa sensación de la que hablaba se funda en
tales hechos políticos. El argentino pudo intuir que había un gobierno que lo
representaba, que principalmente representaba su deseo de hacerle frente a una
macroeconomía global que lo asfixia y lo disuelve como si fuera nadie.
En diciembre
de 2015 se produjo la obscuridad, llegaron nuevamente los cargados nubarrones
de la globalización neoliberal, ellos le llaman “volver al mundo”. Rápidamente
desmantelaron el aparato productivo basado en el consumo interno y para ello
tuvieron que abolir la incipiente contracultura que había logrado erigir el
gobierno de Nestor Kirchner y Cristina Fernandez de Kirchner, eliminando por decreto
la ley de radiodifusión; comenzó una
bestial transferencia de recursos de aquella abundante clase media a los
sectores concentrados de la economía (para ser claros, expulsando a los más
hacia la pobreza y la indigencia en favor de los ya poderosos, esos glotones de
la economía), los grandes exportadores de granos, la minería, las empresas
monopólicas y oligopólicas como es el caso de petroleras y eléctricas. Rápidamente
liberaron ese fantasma sádico que habita en las fuerzas represivas y la razón
fueron los palos y las balas para que la gente comprenda que había vivido una
fantasía y que ahora que volvemos al mundo su lugar es la marginalidad cercana
a la muerte y la agonía.
Aquí viene el
título de esta nota; esos militantes jóvenes y sus enamorados poetas creyeron en
un para siempre de su fe concretada en hechos, y hoy, a pocos años de aquella
dicha miran con miedo y hasta con dudas sus actos ciudadanos y el de aquellos
gobernantes que lograron hacer del país una comunidad, un conjunto de otros que
pueden reconocerse como iguales. El tamaño de la injusticia es la fe quebrantada,
las dudas y las certezas a contramano que reflotan en el cuerpo social; tener
que pensar nuevamente que contra el poder financiero nadie puede nada, apenas
doce años, no más.
Desearía
abrazar como una madre a esa enorme multitud de hombres y mujeres (perdonen mi
lenguaje no inclusivo, pero a pesar de que estoy a favor de la inclusión me
resisto a escribir así) que han quedado desahuciados moral y económicamente.
Desearía no tener esta pena.
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