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lunes, 24 de septiembre de 2018

El tamaño de la injusticia


                Desde 2001 hasta 2003 se produjo una movilización masiva de los desposeídos que llevó al gobierno a una facción del partido justicialista y aliados; el presidente electo por el veinte y pico por ciento de los votos supo estar a la altura de los acontecimientos, a tal punto que hizo como gobernante nacional lo que quizá no hizo nunca como gobernador o intendente en el sur; olvidarse del patrimonio personal y entregarse por entero a conducir a la nación hacia una economía que incluyese a todos, reinventando la dignidad de los empobrecidos; planes sociales mediante, incentivo a las cooperativas, etc.
                Para el 2005 ya era tan grande la sensación de que aquí en Argentina, como en los países vecinos, se estaba produciendo un hecho del tamaño de una contestación al poder financiero, que comenzaron a militar en las filas de los movimientos afines al frente para la victoria los pibes hijos de aquella endeble clase media que subsistió a la arremetida neoliberal de los 90. Los centros de estudiantes secundarios y universitarios hablaban el mismo idioma que el presidente, había una promesa y su cumplimiento. El 25 de mayo de 2005 daba un pequeño recital Silvio Rodriguez en plaza de mayo, no dijo una palabra, tal era su asombro y supongo, su desconfianza.
                Los años pasaron y esa sensación no cambió porque los gobernantes siguieron estando a la altura de los tiempos que vivía el pueblo. Por supuesto el enemigo es tan avieso y poderoso que no se quedó en las sombras. Mientras en las escuelas se les enseñaba a los pibes a ver tele, sí a ver tele, porque en la materia comunicaciones se les enseñaba qué era un anuncio publicitario cual era la calidad de ciertos contenidos insertando ejemplos cotidianos en el contexto social, mientras esto sucedía los enemigos de la comunidad compraban medios, preparaban periodistas cipayos, los salieris de Neustad, y ponían en la gobernación de la C.A.B.A. al hijo de Macri, el que no había sabido hacer más que eso y que en el futuro estaría destinado a ser electo presidente conservando el papel de títere que tan bien supo ejercer.
                Los pibes militando y de su mano los expulsados de los noventa, los poetas, los lectores de los poetas, los enamorados de la comunidad volvieron a las fiestas patrias, a celebrar su pertenencia nacional como es justo; que su vida depende de ello. Abro una lista de algunos de los logros políticos del FPV en argentina:
Garantizó empleos: La creación de empleos para reducir la desigualdad social, a raíz de la pobreza fue una de las premisas del proceso iniciado por Néstor, que asumió el Gobierno de Argentina con una tasa de desempleo de 17,3 por ciento en 2003, para reducirla a 7,9 una vez culminó su periodo presidencial.
En 2014 con Fernández, de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el desempleo se situó en 6,9 por ciento.
Reducción de pobreza: La pobreza en Argentina alcanzó uno de los niveles más críticos durante la gestión de Menem, quien finalizó su mandato con un 54 por ciento en este ámbito. Para finales de 2004, ya con Néstor Kirchner frente a Argentina, el índice de pobreza se ubicó en 40,28 por ciento.
Dicho indicador se ubicó según el Indec, durante el actual Gobierno de Cristina, en 4,7 por ciento para 2013.
Inflación: En su primer año presidencial, el líder del FPV logró reducir a poco más de la mitad la inflación, de 13,4 logró ubicarla en 6,1 por ciento.
Crecimiento económico: De acuerdo a cifras divulgadas por el Banco Mundial (BM), entre 2003 y 2009, el 45 por ciento de la población alcanzó la clase media, pasando de 9,3 millones a los 18,6 millones.
El Producto Interno Bruto (PIB) que para 2003 estaba en -10,8 por ciento, alcanzó a ubicarse en 2010 en 8,4 por ciento. Luego en 2013, luego de una caída en la economía el año anterior, se consiguió un repunte que ubicó este índice en 2,9 por ciento.
Nacionalización: Néstor Kirchner reactivó la política de Perón en cuanto a nacionalizar empresas, como las correspondientes a Aeropuertos Argentinos, el servicio de Correos, Aguas Argentinas y servicios públicos, privatizados durante la presidencia de Menem.
Fernández en 2012 impulsó la ley de la soberanía hidrocarburífera de la República Argentina, con la que se logró la nacionalización del 51 por ciento accionario de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).
Ataque al default: La deuda de Argentina alcanzó uno de los escenarios más críticos en su historia, ubicándose en 138 por ciento que durante los diez años del kirchnerismo, logró reducirse a 40 por ciento del PIB.
Néstor Kirchner se caracterizó por negociar dos de las más grandes deudas argentinas, restructurando una de ellas en 93 por ciento de su total y, una quita de más del 60 por ciento del capital.
Además de esto, Kirchner vivió el aumento de las reservas internacionales de $10 mil 476 millones (2002) a $52 mil 200 millones (2010).
Fondos Buitre fue una asignatura pendiente para Néstor, sin embargo, el Gobierno de Cristina le hizo frente a la postura de sus demandantes al apelar la misma ante la Corte Suprema de EE.UU., que dictaminó que el juez neoyorquino Thomas Griesa no tenía derecho de embargar los activos del Banco Central de Argentina.
Justicia social: Los Kirchner han impulsado y mantenido diferentes programas sociales en Argentina desde hace trece años, entre ellos: Asignación Universal por Hijo, Ingreso Social con Trabajo, Ellas Hacen, Plan Más y Mejor Trabajo, Prestación por Desempleo, El Plan de Finalización de Estudios Primarios y Secundarios  (Fines), Argentina Trabaja y Emprendedores de nuestra tierra.
Educación como prioridad: Después de Juan D. Perón, Néstor Kirchner se convirtió en el segundo gobernante de Argentina en construir mayor número de escuelas, totalizando mil durante su gestión.
La matricula escolar se elevó a 17 por ciento en 2010, asimismo, la tasa de escolaridad en el nivel primario es del 99 por ciento y del 82,2 por ciento en el nivel secundario.
Cristina Fernández siguió la política de su esposo, cuando en 2012 aprobó un aumento de mil por ciento comparado con 2001 para los docentes.
Viviendas: De acuerdo a un balance presentado por la presidenta, Cristina Fernández, desde 2004 hasta septiembre de 2015, se han entregado 914 mil 415 viviendas, las cuales han beneficiado a más cuatro millones 414 mil personas en toda Argentina.
Defensa de los DD.HH.: Raúl Ricardo Alfonsín fue uno de los Jefes de Estado en Argentina con mayor aceptación en ese país, gracias a que impulsó la defensa de derechos humanos, con el popular Juicio a las Juntas en el 85, que buscaba enjuiciar a los responsables de la Reorganización Nacional (1976-1983), a quienes se les acusó de cometer crímenes de lesa humanidad.
Carlos Menem ordenó durante su mandato una serie de indultos para los involucrados en la dictadura militar en Argentina, no obstante, una de las primeras medidas tomadas por Néstor Kirchner, fue anular dichos indultos a través del Congreso de la Nación, declarando que era inconstitucional conceder perdón a dichos crímenes.
Cristina Fernández le ha dado continuidad a la lucha emprendida por Néstor, especialmente a la búsqueda de familiares de las Abuelas de la Plaza de Mayo, movimiento que surgió para exigir justicia por los crímenes de la dictadura militar.
Cercanía con Latinoamérica: La política exterior que ha mantenido Argentina ha sido cambiante en los últimos 35 años. Episodios que generaron conflictos como el caso de Las Malvinas con la dictadura militar, hasta regirse por órdenes extranjeras, como el caso de Menem quien siguió las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).
A su llegada a la presidencia, Néstor Kirchner, se enfocó en promover las relaciones con las naciones de su región, especialmente con Venezuela y Brasil por un lado, por otro un distanciamiento con el Gobierno de EE.UU., debido a su posición con los Tratados de Libre Comercio.
Creó la Unión Suramericana del Sur (Unasur) e impulsó la defensa del Mercado Común del Sur (Mercosur).
Durante la gestión de Fernández, la política de estrechar lazos en Latinoamérica se mantiene en pie, sumando a Bolivia y Ecuador, en este último país la mandataria encabezó la inauguración de la sede de Unasur, donde destacó el carácter socialista de sus integrantes.

Consideré necesario hacer este repaso ya que esa sensación de la que hablaba se funda en tales hechos políticos. El argentino pudo intuir que había un gobierno que lo representaba, que principalmente representaba su deseo de hacerle frente a una macroeconomía global que lo asfixia y lo disuelve como si fuera nadie.
En diciembre de 2015 se produjo la obscuridad, llegaron nuevamente los cargados nubarrones de la globalización neoliberal, ellos le llaman “volver al mundo”. Rápidamente desmantelaron el aparato productivo basado en el consumo interno y para ello tuvieron que abolir la incipiente contracultura que había logrado erigir el gobierno de Nestor Kirchner y Cristina Fernandez de Kirchner, eliminando por decreto la ley de radiodifusión;  comenzó una bestial transferencia de recursos de aquella abundante clase media a los sectores concentrados de la economía (para ser claros, expulsando a los más hacia la pobreza y la indigencia en favor de los ya poderosos, esos glotones de la economía), los grandes exportadores de granos, la minería, las empresas monopólicas y oligopólicas como es el caso de petroleras y eléctricas. Rápidamente liberaron ese fantasma sádico que habita en las fuerzas represivas y la razón fueron los palos y las balas para que la gente comprenda que había vivido una fantasía y que ahora que volvemos al mundo su lugar es la marginalidad cercana a la muerte y la agonía.
Aquí viene el título de esta nota; esos militantes jóvenes y sus enamorados poetas creyeron en un para siempre de su fe concretada en hechos, y hoy, a pocos años de aquella dicha miran con miedo y hasta con dudas sus actos ciudadanos y el de aquellos gobernantes que lograron hacer del país una comunidad, un conjunto de otros que pueden reconocerse como iguales. El tamaño de la injusticia es la fe quebrantada, las dudas y las certezas a contramano que reflotan en el cuerpo social; tener que pensar nuevamente que contra el poder financiero nadie puede nada, apenas doce años, no más.
Desearía abrazar como una madre a esa enorme multitud de hombres y mujeres (perdonen mi lenguaje no inclusivo, pero a pesar de que estoy a favor de la inclusión me resisto a escribir así) que han quedado desahuciados moral y económicamente. Desearía no tener esta pena.


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