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lunes, 8 de octubre de 2018

Habitar el límite


               

Hay que adaptarse para no morir, para no ser arrasados por las nuevas ideologías de derecha que vuelven al ruedo. Se puede seguir trabajando aún en el límite, lo que no se puede es volver de la muerte. No hay que ir al choque, no hay que azuzar el miedo en ellos porque el poder con miedo extermina, ya lo hemos vivido. Quiero a mis afectos vivos para poder seguir pensando alternativas políticas. Tengan en cuenta que se trata de la disputa por un orden, un orden significante que se impone sobre otro, hay que tratarlos a ellos como se trata a un paciente psiquiátrico, con cautela y prevención, al loco se lo corre para el lado que dispara o nos metemos en problemas, y en esta tarea se aprende a amar al loco porque descubrimos que algo, que incluso puede ser nuestro, trabaja en él para engendrar lo violento.
                No vivimos épocas en las que  se da la vida por un ideal; hoy, materialismo mediante, vivimos en la certeza de que vida es lo que tenemos para hacer y la muerte es eterna. Así que no encontraremos mucha gente cuerda que se arriesgue por ideas.
                El axioma que vincula al uno y los otros vale por sobre cualquier ideología, el estrangulamiento al que seremos sometidos no puede ir más allá de lo vital y necesario (en relación al acto de dominación que el amo ejerce sobre el esclavo)  así que propongo pensar este impasse en términos de adaptación y desapasionamiento para poder seguir produciendo un saber que en algún momento vuelva a tomar el poder. El amo sin sujeto explícito, sin el sujeto del inconsciente que la técnica niega, más tarde o más temprano volverá gimiendo por nuestros significantes para construir un sentido que vivifique lo muerto de un constructo sin historia ni raíces.
                Quizá ese mismo poder que hoy triunfa en urnas de la democracia, una democracia arrancada en el pasado de aquellas manos a fuerza de muertos y mucho sufrimiento, seamos nosotros mismos enalteciendo nuestras propias, innegables e indómitas miserias: no puede ganar alguien las elecciones sin que una gran parte de los marginados los vote. Piensen por ejemplo cómo funciona el mecanismo deseante que nos conforma: Desde que se inaugurara el american dream  hasta nuestros días, Lacan (porque incluso Lacan es un hombre de su tiempo) pronosticó  un hueco, al modo de un barril sin fondo, en el centro del sujeto, tan en el centro que en su topología se encuentra este hueco en el centro de los tres registros RSI. Ese abismo es el que llena la mercancía y licuado, hasta el lazo social transformado en mercancía.
                Ese ahorro/ajuste que toma como bandera la derecha puede ser interpretado como un límite que el sujeto debe darse, un nuevo pacto con la castración para que ese hueco finalmente cese en su demanda ilimitada. Quizá estemos más implicados de lo que creemos en las afirmaciones fascistas de los líderes de derecha que hoy copan la parada en muchas partes del mundo. Recordemos que ello (el ello de la segunda tópica de Freud) habla en nosotros, ello nos habla, somos hablados por ello.   
                    El amo finalmente quiere volver al mando y usurparle al discurso capitalista la escena. Davos es quizá uno de los ejemplos de que el poder transnacional ha podido interpretar que la técnica finalmente terminará por deglutirlos a ellos mismos. Y esto no los redime ni los transforma en filántropos, no, es el intento por restituir un amo con todas las cualidades sádicas y coercitivas de su estirpe. El impasse nos devuelve la imagen de que un mundo sin amos es un mundo sin orden y ahí estamos: ¿Es posible un mundo sin orden/amos? Veníamos en esa dirección, la expresidenta Cristina Fernandez tuvo el alto valor de denunciar la existencia de un anarco-capitalismo; señales.
                Entonces podríamos imaginar un mundo en donde disputan el poder los amos entre sí para imponer un orden porque el deseo desbocado o el no deseo podríamos decir, la histeria generalizada (recuerden ustedes que un análisis puede eventualmente llevar a una psicosis), no genera ningún orden, ninguna previsibilidad. No por nada la O.N.U. no puede desempeñarse como un órgano rector, ya que las naciones más poderosas y sus aliadas se saltan sus directivas a cada rato, recuerdo en este momento a Bush hijo esgrimiendo el argumento de que Irak tenía armamento de destrucción masiva para fundamentar su intervención militar, la ONU diciendo que no, los escudos humanos y la invasión realizándose de todas maneras.
                Tampoco es raro que los nuevos líderes que triunfan en las urnas aparezcan como caricaturas de amos. Dan risa y meten miedo. En realidad ellos son los esbirros del poder.
                Volviendo al principio, retornando, son épocas para cuidarse, producir , estudiar, porque cuidarnos es sostener un saber en reserva, como dice Alemán, que mientras estemos vivos, mientras podamos transmitirlo, aguardará allí a una nueva instancia que lo haga emerger en toda la escena, o no: Porque la contingencia es una de las caras de la ley.


               

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