Hay que adaptarse para no morir,
para no ser arrasados por las nuevas ideologías de derecha que vuelven al
ruedo. Se puede seguir trabajando aún en el límite, lo que no se puede es
volver de la muerte. No hay que ir al choque, no hay que azuzar el miedo en
ellos porque el poder con miedo extermina, ya lo hemos vivido. Quiero a mis
afectos vivos para poder seguir pensando alternativas políticas. Tengan en
cuenta que se trata de la disputa por un orden, un orden significante que se
impone sobre otro, hay que tratarlos a ellos como se trata a un paciente
psiquiátrico, con cautela y prevención, al loco se lo corre para el lado que
dispara o nos metemos en problemas, y en esta tarea se aprende a amar al loco
porque descubrimos que algo, que incluso puede ser nuestro, trabaja en él para
engendrar lo violento.
No
vivimos épocas en las que se da la vida
por un ideal; hoy, materialismo mediante, vivimos en la certeza de que vida es
lo que tenemos para hacer y la muerte es eterna. Así que no encontraremos mucha
gente cuerda que se arriesgue por ideas.
El
axioma que vincula al uno y los otros vale por sobre cualquier ideología, el estrangulamiento
al que seremos sometidos no puede ir más allá de lo vital y necesario (en
relación al acto de dominación que el amo ejerce sobre el esclavo) así que propongo pensar este impasse en términos
de adaptación y desapasionamiento para poder seguir produciendo un saber que en
algún momento vuelva a tomar el poder. El amo sin sujeto explícito, sin el
sujeto del inconsciente que la técnica niega, más tarde o más temprano volverá
gimiendo por nuestros significantes para construir un sentido que vivifique lo
muerto de un constructo sin historia ni raíces.
Quizá
ese mismo poder que hoy triunfa en urnas de la democracia, una democracia
arrancada en el pasado de aquellas manos a fuerza de muertos y mucho
sufrimiento, seamos nosotros mismos enalteciendo nuestras propias, innegables e
indómitas miserias: no puede ganar alguien las elecciones sin que una gran
parte de los marginados los vote. Piensen por ejemplo cómo funciona el mecanismo
deseante que nos conforma: Desde que se inaugurara el american dream hasta nuestros días, Lacan (porque incluso
Lacan es un hombre de su tiempo) pronosticó un hueco, al modo de un barril sin fondo, en
el centro del sujeto, tan en el centro que en su topología se encuentra este
hueco en el centro de los tres registros RSI. Ese abismo es el que llena la
mercancía y licuado, hasta el lazo social transformado en mercancía.
Ese
ahorro/ajuste que toma como bandera la derecha puede ser interpretado como un
límite que el sujeto debe darse, un nuevo pacto con la castración para que ese
hueco finalmente cese en su demanda ilimitada. Quizá estemos más implicados de
lo que creemos en las afirmaciones fascistas de los líderes de derecha que hoy
copan la parada en muchas partes del mundo. Recordemos que ello (el ello de la
segunda tópica de Freud) habla en nosotros, ello nos habla, somos hablados por
ello.
El amo
finalmente quiere volver al mando y usurparle al discurso capitalista la escena.
Davos es quizá uno de los ejemplos de que el poder transnacional ha podido
interpretar que la técnica finalmente terminará por deglutirlos a ellos mismos.
Y esto no los redime ni los transforma en filántropos, no, es el intento por
restituir un amo con todas las cualidades sádicas y coercitivas de su estirpe.
El impasse nos devuelve la imagen de que un mundo sin amos es un mundo sin
orden y ahí estamos: ¿Es posible un mundo sin orden/amos? Veníamos en esa
dirección, la expresidenta Cristina Fernandez tuvo el alto valor de denunciar
la existencia de un anarco-capitalismo; señales.
Entonces
podríamos imaginar un mundo en donde disputan el poder los amos entre sí para
imponer un orden porque el deseo desbocado o el no deseo podríamos decir, la
histeria generalizada (recuerden ustedes que un análisis puede eventualmente
llevar a una psicosis), no genera ningún orden, ninguna previsibilidad. No por
nada la O.N.U. no puede desempeñarse como un órgano rector, ya que las naciones
más poderosas y sus aliadas se saltan sus directivas a cada rato, recuerdo en
este momento a Bush hijo esgrimiendo el argumento de que Irak tenía armamento
de destrucción masiva para fundamentar su intervención militar, la ONU diciendo
que no, los escudos humanos y la invasión realizándose de todas maneras.
Tampoco
es raro que los nuevos líderes que triunfan en las urnas aparezcan como
caricaturas de amos. Dan risa y meten miedo. En realidad ellos son los esbirros
del poder.
Volviendo
al principio, retornando, son épocas para cuidarse, producir , estudiar, porque
cuidarnos es sostener un saber en reserva, como dice Alemán, que mientras
estemos vivos, mientras podamos transmitirlo, aguardará allí a una nueva instancia
que lo haga emerger en toda la escena, o no: Porque la contingencia es una de
las caras de la ley.
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