Se
da un juego de imposturas con el fin de interesar a los votantes, allí perdemos
todos. Podría sintetizar esto con la historia reciente: Macri fue electo
presidente siguiendo esa estrategia teatral y Néstor Kirchner, al carecer de
legitimidad en medio de una revuelta popular tuvo que abandonar la impostura y
encarnar los valores que masivamente reclamaba el pueblo[i]
argentino; éstos valores no fueron cosechados de manera directa, sino que
fueron depositados en las manos del presidente a partir de representantes
políticos, muchos de ellos no provenían de instituciones partidarias
tradicionales, provenían de los movimientos sociales forjados a la luz de las
ollas populares, de los piqueteros, de los partidos minoritarios que formaron
la alianza frente para la victoria. Así que se dieron dos condiciones, por un
lado la alianza con esos sectores y por el otro la capacidad de Néstor,
probablemente producto de su propia historia, de estar a la altura de los
acontecimientos.
Que
el frente para la victoria no haya hecho uso de la impostura no significa, en
mi razonamiento, que no pueda llevarla adelante en otro momento electoral.
Porque ese miedo a la ecuanimidad es muy seductor. Como ven ustedes sólo se
abandona ese miedo cuando las papas queman; el momento de acefalía y muerte que
vivió la Argentina en aquellos años condicionó el accionar de un gobierno que
además supo cómo actuar.
Ecuanimidad
es el accionar con justicia, para accionar con justicia hay que suponer un
hecho objetivo sobre el cual se obra. Si bien la objetividad comtiana (positivista)
es una imposibilidad lógica, puede construirse. Se construye yendo a las raíces
culturales de la nación, habiendo estudiado los clásicos, habiendo tomado
partida por las líneas históricas que definen el derrotero político y el
acontecer social, impregnándose de los debates intestinos que se dan en el
centro de las instituciones y en el afuera que puja por instituirse. Lo
partidario representa esta constitución de objetividad.
Es
por ello que la coalición cambiemos que fusiona a lo menos partidario de la UCR
y a los CEOS que constituyen el PRO, representan un NO partido político. Son
los herederos del 76, enemigos de la
palabra, y por lo tanto asesinos y perversos. Cambiemos no respeta las
instituciones porque pertenece a una línea teleológico económica que define lo
objetivo por fuera de los debates. Utilizan, por ejemplo, los grupos de opinión
y así creen que obtienen lo que a los ciudadanos les importa. Para que haya un
grupo de opinión las personas deben cumplir con determinadas características
que les permita decodificar y codificar las consignas que circulan, en ese
sentido podemos decir que nuestro gobierno actual es un gobierno para la clase
media a la que además traiciona, porque equipa a la policía para eliminar los
hurtos y a la vez le sube el precio de los insumos para degradarlos de clase.
Los
hechos sociales se interpretan, saber cómo actuar en el gobierno de un país es
contar con una biblioteca copiosa de volúmenes leídos. A pesar de sus
particularidades, cambiemos representa en Argentina lo que el neoliberalismo
representa en el mundo; la huida confesa de la política. Pero lo que no saben quiénes
votan a cambiemos es que esta huida no es gratuita, pronto se convierte en
muerte programada, en paramilitarismo, en represión armada. Lo único que evita
nuestra pertenencia al reino de los animales superiores es la palabra, sin ella
la ley del que tiene las balas impera, o sea no hay ley. En el plano social
decimos que palabra es política.
El
juego de imposturas en política no se asocia solamente al neoliberalismo, es un
modo de estrategia militar que han utilizado muchos partidos políticos y consiste
en distraer al enemigo para sorprenderlo y darle caza. Por el contrario las
grandes gestas emancipatorias han sido experiencias genuinas, con actores
comprometidos que si deben morir lo hacen realmente en escena. También es cierto
que esto constituiría obras teatrales con muchos mártires, pero las metáforas
no son exhaustivas y se debe comprender sus límites. Los acontecimientos del 25
de Mayo de 1810, el 9 de Julio de 1816, el Yrigoyenismo a la luz de las
protestas obreras, la reforma universitaria, el 17 de octubre de 1945, etc. son ejemplos de gestas emancipatorias.
Sería
importante que este juego de imposturas cesase para volver a dar paso a lo
genuino en política, sin que para ello tuviésemos que vivir la muerte de nadie.
Pero a lo mejor este es un pedido burgués de uno que no teniendo ese estatuto
económico tiene, sin embargo, esa consciencia.
[i] Pueblo es una categoría conflictiva,
entiéndase aquí la mayoría, porque es una verdad que la mayoría son los
postergados, los explotados del sistema.
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