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miércoles, 4 de septiembre de 2024

Estructuralismo

 

     El estructuralismo es en sí mismo una anti ontología porque se opone al humanismo, al esencialismo, a la fenomenología, al existencialismo.

     Ubica la realidad como desarrollándose a partir de estructuras. Estructura: algo formado de partes que se articulan relacionándose entre sí, produciendo una complejidad que prescinde de un ánima o sustancia a la cual adjudicar su fin estructural. El todo es más que la suma de las partes.

     El estructuralismo es ateo, aunque no necesariamente. Por lo menos no necesita a Dios para su tesis de cómo funciona la realidad.

     El estructuralismo no necesita postular la existencia de las estructuras que propone como explicación de la realidad. Sino que esas estructuras pueden ser andamiajes teóricos con los cuales explicar algún fenómeno de interés, pero que funcionan como meros instrumentos contingentes. Si esas estructuras predicen hechos ya tenemos una teoría con todos sus elementos y su utilidad.

    Toda la epistemología no fundacionalista es estructuralista. Y esto se evidencia desde la definición de teoría.

    Teoría: es un sistema lógico deductivo o inductivo que explica una variedad de fenómenos. Sistema como sinónimo de estructura.

    Una mirada estructuralista de la física o la matemática puede aceptar con toda naturalidad las explicaciones más complejas e inverosímiles a priori, sin tener que traducir al sentido común las propuestas teóricas.

    Esto supone que el sentido común también puede explicarse como una estructura que es en sí misma un hábito de pensamiento. Con el estructuralismo podemos salirnos de la estructura del sentido común sin cometer ninguna herejía. Luego, cuando la teoría está asentada en una comunidad científica aparecerá el momento de la divulgación, en el cual sí se produce una traducción en términos del sentido común.

martes, 30 de julio de 2024

El sentido de consentir, Clara Serra.

                 No hay forma de superar la asimetría en la relación sexual, ello motivó la frase "no hay relación sexual" de Lacan. No hay relación sexual puede resumirse en no hay relación, que indicaría que no hay dos que hagan uno, que no hay uno. 

                 Programa de radio de Clara Serra acompañada por Jorge Alemán, intentan abordar algunos problemas que son pertinentes al feminismo, problemas con los que cierto feminismo se encuentra tanto en su intento teórico como en el de producir cambios concretos en las prácticas de poder que subyugan a las mujeres.


Al final el enlace de la charla.


                El primer término que abordan como problemático para la práctica de una sexualidad más plena es el de consentimiento. El consentimiento viene de la mano de un eslogan “sólo si es sí” que estaría en disputa con el lema “no es no”. A su vez la relación entre el consentimiento y el deseo sería problemática, porque parecería que el deseo habla en los intersticios donde se puede decir un “no sé”, un “quizás”, un “ya veremos”. Al contrario de lo que muchas feministas piensan, el deseo no es transparente, no somos tan libres a la hora de hablar de nuestra sexualidad, porque como pasa en todo el terreno de lo subjetivo, hay equívocos, hay saberes no sabidos, malos entendidos; toda una serie de formaciones del inconsciente que dejan opaco al deseo que nos habita como personas.  

                Esa sorpresa del deseo no dejándose apresar por la afirmación se entiende desde el psicoanálisis como una propiedad esencial del deseo, que es que este nunca es transparente. En general las personas no sabemos lo que queremos y se necesita un trabajo de mucho tiempo para poder saber algo de nuestro deseo, de por qué insistimos en lo que insistimos.  

                En el marco de la creencia en lo transparente del deseo, el amor romántico que porta la promesa de la completud (el otro que me completa), supone al deseo como enunciable claramente y sería esta la vía por la cual se produciría un tal para cual, dos que hacen uno, el andrógino que se encuentra con su mitad perdida. A esta versión del amor el feminismo se ha encargado de deconstruirla. Mas en el horizonte aparece otra completud, que después de romper con el mito del amor romántico se visibiliza; la idea de que el sujeto está completo, que el sujeto puede reconciliarse consigo mismo, que sería entonces autónomo y que no necesitaría nada de nadie. Este sujeto autónomo (lo cual es una contradicción en sí mismo, la autonomía de lo que está sujeto) es el que pretende plantarse como portando un deseo del que sí sabe y que pretende satisfacer.  

                Clara Serra en su libro “El sentido de consentir” reivindica el lema “no es no” frente al “sólo si es sí”, porque dice que en el no, hay una afirmación del sujeto que es fundamental y que no obliga a hablar al deseo, a ser preciso. El “no es no” podría dar lugar al “quizá”, “ya veremos”, “no sé”. En este punto me parece muy interesante lo que ella dice porque plantea a la vez un límite (el no) y una apertura. Quedando lo jurídico del lado de todo lo que vulnere al “no es no” y del lado del deseo esa duda, esa puerta entreabierta, ese discurrir.

                Clara plantea la idea de que el deseo de las mujeres está constituido desde el patriarcado y que entonces se plantea un imposible; cómo lograr que nuestros deseos sean otros si es el poder mismo el que configura nuestros deseos.

                Aquí hay una confusión hija de aquella idea del sujeto reconciliado consigo mismo, el sujeto que sería autónomo, esclarecido en su deseo y en una relación al otro como mero instrumento de satisfacción. Porque no estamos íntegramente constituidos desde el poder, sino que al nacer en el lenguaje nuestra particularidad tiene que ver con cómo se resuelve ese encuentro con el lenguaje, esta particularidad puede ser dicha como aquello que se hace con la falta, con lo que no se puede. Cada uno resuelve su nacimiento en el lenguaje de una forma particular, y sólo en una sociedad igualitaria pueden aflorar las particularidades de cada uno para que, relacionándose desde ahí, y no desde la pertenencia al barrio en el que naciste, tu poder económico; relacionándose desde ahí las personas puedan hacer algo con la falta que las constituye.  

La casa encendida radio, Clara Serra y Jorge Alemán en diálogo, feminismo y psicoanálisis







sábado, 29 de junio de 2024

Algunos apuntes sobre el goce

                 Goce es un término central del psicoanálisis y de la obra de Lacan. En el grafo del deseo que se utiliza para producir un álgebra de la teoría, podríamos ubicar al goce en coincidencia con la pulsión ($<>D) que es el eco en el cuerpo del hecho que hay un decir. Por efecto del significante los cuerpos son turbados y se goza de ellos. Algo goza del cuerpo y el sujeto lo padece como síntoma. El Otro goza del cuerpo, el Otro que es un campo de significantes produciendo significaciones.

                Podemos decir que goce es aquello que se produce cuando una demanda opera e insiste sobre un cuerpo. La naturaleza de la demanda es insistir porque toda ella es el rebote de una cadena significante en el marco del fantasma. Es un mal entendido permanente ya que el Otro no tiene nunca una respuesta, el Otro está barrado A.

                El peligro del goce es que no pueda ser contenido por el andamiaje de lo simbólico; si bien se podría decir que gozar es la resultante de un simbólico trabajando, es un efecto, también podemos precisar que hay constructos simbólicos que permiten contener al goce y hay otros constructos que no lo permiten, el goce se desborda y el sufrimiento puede llegar a ser máximo.

                El Otro es el lugar donde nace el sujeto, para que haya sujeto se debe poder hablar de algún modo; bueno, eso que permite hablar es el Otro, porque efectúa un sujeto al donarle los significantes. Como ven, aquí se explica por qué es el Otro el que goza y sintomatiza al sujeto. Porque produce significaciones diversas a partir de los significantes en juego que son dispositivos de corte y confección de la realidad, esto instaura la demanda (cadenas significantes que insisten) que dará vueltas en el marco del fantasma.

                El fantasma limita al goce. Es el velo que se tiende sobre esa insistencia de la demanda que produce lo que vamos a llamar el objeto “a”. Ya que no hay una objetividad, ya que el sujeto es una solución particular a la operación del Otro (un conglomerado de significaciones), entonces Lacan decidió llamar objeto “a” a eso que resta de toda demanda. Ese velo es el marco del que venimos hablando, es un tejido simbólico que produce una realidad particularísima para el sujeto y que motiva tanto el síntoma como la vida en todas las facetas del sujeto del inconsciente. El fantasma es un marco que produce con su presencia la extracción del objeto “a”, o lo que es lo mismo su ocultamiento. Del mismo modo que tapamos un pozo para atravesar caminando sobre él, así pasa con el objeto y el fantasma.

miércoles, 17 de abril de 2024

Simples testigos

 

“No hay resistencia porque estamos en una época de increencia, la gente ya no cree en nada, es nihilista” Jorge Alemán

                Es todo pura subsistencia, lo que transforma a la subversión de valores de Nietzsche en darwinismo biologicista. Cuando los valores no se anclan en relatos épicos, se transforman en la chatura de lo solamente vivo. Lo solamente vivo es lo que está muerto simbólicamente, la muerte del sujeto, concomitante a la muerte de Dios.

                ¿Hemos conocido en la historia de la humanidad alguna época semejante? Creo que sí, muchas épocas han visto caer grandes relatos para la emergencia de otros. Lo verdaderamente nuevo es que, por primera vez, quizá, estamos en condiciones de entender que no podemos hacer nada para detener este cambio rotundo de relato, de cosmovisión. Se trata más bien de sobrevivir mientras lo nuevo termina de imponerse. Esto llevará generaciones, probablemente; y en su ínterin, no es que nos quedaremos pasmados sin operar sobre la información, la cultura, el Otro. Pero sí que habrá algo que nos tendrá como simples testigos.

                No son los otros los que operan el cambio, sino que el cambio opera en nosotros.  

viernes, 2 de febrero de 2024

La gran esperanza blanca

 

            La gran esperanza blanca que representa Milei desde el polo ultraderechizado, ha ganado las elecciones por medio del voto popular. Que en el ballotage lo haya elegido el 54% de los votantes quiere decir que, no solo la pulcra blancura del pueblo argentino lo votó, quiere decir que hubo mucho descamisado, muchos cabecitas negras, que lo votaron. ¿Cómo explicar esto?

            En el ensayo de una explicación posible, hay que tomar en cuenta las identificaciones que el sujeto pone en juego a la hora de hacer su elección. Esos trabajadores que vieron en Milei una alternativa, están identificados a cosas tales como el emprendedor de sí, el orden al mérito (que es una falacia pues no hay mérito en nacer en un sector de privilegios), la fortuna como algo que depende de la propia voluntad, el progreso indefinido de la ciencia como progreso de la sociedad toda, al antipolítico (que ve en la política algo propio de una casta inservible), etc. ¿Cómo entender que el mismo pueblo que votó mayoritariamente a Cristina Fernández de Kirchner (ganó con 54% en primera vuelta en 2011) hoy esté votando, doce años después, por lo que podría ser la peor catástrofe social (incluyendo al gobierno de Macri) de los últimos 35 años?       

La principal característica del sujeto es que, aunque universal él, es hoy neoliberal. Lo que se podría decir así, el sujeto es neoliberal; hoy y hace doce años atrás, como hace 40 años también. Desde la caída del muro el capitalismo aceleró su ritmo hacia el neoliberalismo. Para ser más precisos estaría bien decir que el contenido del fantasma del sujeto es neoliberal, esto condiciona y vuelve al sujeto, neoliberal. Así que no se trata de que hace doce años éramos patriotas defensores de los derechos humanos y hoy nos convertimos en libertarios. Fue el sujeto neoliberal el que ungió presidentes a los Kirchner y es el mismo sujeto el que hoy vota a Milei.

En los años 2001 a 2003 Argentina fue dinamitada por una serie de condiciones político-económicas que tienen como marcas indisolubles, el asesinato de jóvenes en las protestas, así como el corralito bancario que confiscó el ahorro de argentinos y argentinas. En tal condición, la de un sujeto neoliberal totalmente sumido en su propia imposibilidad, emergió un líder que con el 22% de los votos tomó las riendas del país y lo llevó, en cuatro años, de nuevo, a ser un país donde el sujeto neoliberal (que nunca abandonó el hábito pues se corresponde a un hábito de nuestro tiempo) pudiera realizarse nuevamente. Esto es difícil de admitir, que seamos neoliberales, aun siendo el caso de alguien confesamente de izquierda, porque nos avergüenza aceptarnos como consumidores enajenados en el consumo.

El sujeto es neoliberal pero el neoliberalismo está en crisis. Porque este sistema es inviable: Ciudades cada vez más violentas, cataclismos climáticos a consecuencia de un modo de producción que genera modificaciones profundas en el ecosistema, niveles estratosféricos de depresión y ansiedad por el hecho de sostener un nivel de consumo insostenible, una concentración del capital, cada año en menos manos, lo que nos lleva al principio de la enumeración: ciudades cada vez más violentas.  

Así que el hecho de que esta gran esperanza blanca nos gobierne, no es el resultado de casualidades o genialidades del marketing, sino que es el resultado de nuestra propia implicancia como sujetos, en el régimen político-económico que impera.

viernes, 19 de enero de 2024

El realismo en ciencias

                Hoy vamos a realizar una breve exposición acerca de lo que en filosofía de la ciencia se llama Realismo científico, que se opone al antirrealismo de Copenhague.

El realismo científico se apoya, según Antonio Diéguez, en tres aspectos fundamentales: Aspecto ontológico, aspecto epistemológico, aspecto semántico. Esto quiere decir que la realidad es independiente del sujeto cognoscente, que esa realidad es cognoscible en sí misma, aunque de manera siempre perfectible, y que cuando decimos que ciertos enunciados son verdaderos queremos decir que hay correspondencia con la realidad.

            Para el realismo los postulados de las teorías científicas deben interpretarse como referidos a entidades existentes, aunque se fracase en el referente, ejemplo de fracaso es la teoría del flogisto y del calórico. Lo que supone es que en el futuro hallaremos unas entidades existentes más precisas, que serán verdaderas hasta tanto los experimentos demuestren lo contrario.

            El argumento fundamental del realismo es la ILE (inferencia de la mejor explicación), que dice que “si la teoría predice con éxito esto quiere decir que es aproximadamente verdadera; pues si no fuese aproximadamente verdadera habría que atribuir su éxito a una especie de milagro”

            Los referentes son los objetos de la realidad a los que hacen referencia los enunciados de la teoría. Nos dice Gustavo Romero, que ser realista no implica que se acepten de manera acrítica todos los referentes que propone la teoría científica. El realista asume un compromiso provisional con los referentes que la teoría afirma como existentes. Luego, en el transcurso de su investigación escogerá los referentes que indudablemente y de manera provisoria tienen que ver con un objeto existente.

            En el proceso de ir conformando la teoría se utilizan otras entidades como las entidades matemáticas cuya existencia no es independiente del sujeto, no hay que atribuirles existencia a estas entidades.

 

¿Qué es la verdad?

                Ambos autores sostienen la teoría de la verdad por correspondencia, en ella se comparan los enunciados de una predicción de la teoría con los hechos acaecidos en un experimento, por ejemplo. El problema que tenemos es que los hechos deben ser traducidos a enunciados para poder hacer la comparación, y en el límite se podría decir que no habría traducción posible.

            Otras teorías sobre la verdad son, el relativismo, teoría coherentista, teoría pragmatista, teoría deflacionaria.

            Asumiendo que sería posible la traducción de los hechos a enunciados, podemos decir que la verdad es un atributo del lenguaje, y en ese sentido no es una entidad independiente de la especie humana.



Currículum de los autores citados:

Antonio Diéguez Lucena:

Catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la Universidad de Málaga desde 2010. Ha sido visiting scholar en las universidades de Helsinki, de Harvard y de Oxford. Fue presidente electo de la Asociación Iberoamericana de Filosofía de la Biología.

 

Una de sus líneas de investigación principales ha sido el debate sobre el realismo científico. Acerca de esta cuestión publicó el libro Realismo científico (Málaga: Universidad de Málaga, 1998). Ha mantenido asimismo una línea de investigación sobre aspectos centrales de la Filosofía de la Tecnología, con atención a las tesis del determinismo tecnológico.  Desde hace tiempo viene trabajando con especial dedicación en la Filosofía de la Biología, indagando sobre el uso explicativo de modelos en biología y sobre cuestiones de epistemología evolucionista. Sobre este tema ha publicado el libro La evolución del conocimiento. De la mente animal a la mente humana (Madrid: Biblioteca Nueva, 2011). Es de destacar, asimismo, su libro La vida bajo escrutinio. Una introducción a la filosofía de la biología (Barcelona: Biblioteca Buridán, 2012). Su interés más reciente es sobre el tema del transhumanismo y el posthumanismo. Su último libro, Transhumanismo. La búsqueda tecnológica del mejoramiento humano (Barcelona: Herder, 2017), versa sobre esta cuestión. Su posición al respecto es crítica, pero reconociendo los efectos positivos de las biotecnologías en su posible aplicación al mejoramiento humano.

https://www.uma.es/departamento-de-filosofia/info/73990/antonio-dieguez-lucena/

 

 

Gustavo Esteban Romero

Datos académicos:

Título/s

Doctor en Física

Categoría

INV SUPERIOR

Disciplina científica

Astronomía

Astronomía

Disciplina desagregada

ASTRONOMIA-ASTROFISICA

Campo de aplicación

Ciencia y cultura-Ciencia y tecnologia

Prom.Gral.del Conoc.-Cs.Exactas y Naturales

Especialidad

ASTROFISICA DE ALTAS ENERGIAS -- ASTROFISICA RELATIVISTA

Tema

Estudios observacionales y teóricas en astrofísica relativista

Tema en inglés

Theoretical and observational studies in relativistic astrophysics

Palabras clave

OBJETOS COMPACTOS // RAYOS GAMMA // ASTROPARTICULAS

Palabras clave en inglés

COMPACT OBJECTS // GAMMA RAYS // ASTROPARTICLES

Lugar de trabajo

[IAR] INSTITUTO ARGENTINO DE RADIOASTRONOMIA -

[CCT LA PLATA] CENTRO CIENTIFICO TECNOLOGICO CONICET - LA PLATA -

[CONICET] CONSEJO NACIONAL DE INVESTIGACIONES CIENTIFICAS Y TECNICAS –

https://www.conicet.gov.ar/new_scp/detalle.php?keywords=&id=37379&datos_academicos=yes

 

               

 


martes, 16 de enero de 2024

Psicoanálisis y neurociencia

 

            Creo que vendrán una serie de artículos a propósito del libro de Pommier Gerard “Cómo las neurociencias demuestran el psicoanálisis” ya que toca muchos puntos que me resultan por demás interesantes.

            En la introducción ya plantea al Haloperidol (un antipsicótico utilizado para las psicosis) como un bloqueador de los neurotransmisores del goce, llevando las cosas a un terreno que había intuido pero que al encontrarlo expuesto por un profesional del psicoanálisis y en concurso de la neurociencia, se torna absolutamente relevante. Hasta ahora el término goce era un concepto propio de la teoría psicoanalítica, que hallaba relación con el cuerpo en tanto está referido a la pulsión. Pero aquí se habla de neurotransmisores del goce; algo que media entre la zona erógena y el psiquismo, algo muy concreto.

            El lenguaje modela al cuerpo, y entre los órganos corporales se encuentra el cerebro. Se puede inferir que es muy importante la palabra para modular las respuestas emocionales al entorno. Digamos que a través de la palabra se puede influir en el cerebro de una persona para movilizar neurotransmisores.

            Hay una afirmación que leí en el libro “el origen del sujeto en psicoanálisis” de Alfredo Eidelsztein, que dice “Las lenguas se crearon a sí mismas”. Es una frase que no tiene más sentido que el de ser un axioma para fundar una teoría que de cuenta de fenómenos que no se podrían explicar de otra manera. Si las lenguas se crearon a sí mismas, el lenguaje nos antecede. Y ahí podemos empalmar con los argumentos de Pommier que ubican un entrecruzamiento material entre el lenguaje y el cuerpo, una interacción exterior interior que modela al ser humano.

            Heredamos el lenguaje, no genéticamente sino culturalmente, es la sociedad la que nos modela sobre la base de una argamasa biológica que se ofrece a ser moldeada. La realidad psíquica, que tiene que ver con el lenguaje, prevalece sobre lo real, que es del orden de lo nouménico; así lo muestra el recién nacido que ocupa su tiempo no tanto en percepciones sino en soñar muchas horas al día. Arma su propio mundo que está hecho de percepciones de segundo orden, las del sueño. Sueña muchas horas, pero también está despierto otras tantas y se nutre del exterior para construir un mundo propio, su realidad.

            En el recién nacido se dan a la vez una prematuración fisiológica y una sobremaduración neuronal. Nueve décimas de las conexiones sinápticas no están instauradas en los primeros meses de vida. El modo en que van a funcionar los órganos en ese ser humano depende del medio en el que se produzcan esas conexiones. El material neuronal puede estar disponible, pero es el lenguaje el que genera el órgano.

            La neurociencia persigue los genes de las enfermedades como los genes del altruismo, en un intento por negarle al psicoanálisis sus conjeturas; y sin embargo en su camino de investigaciones halla pistas que, como ven, tienen una explicación posible por vía del psicoanálisis. Habría que preguntarse a qué se debe esta necesidad de encontrar una escritura genética para cada elemento del variado orbe cultural en el que el ser humano se desenvuelve. Creo que esta búsqueda tiene que ver con evitar el relativismo que suponen los hechos sociales; si está escrito en el genoma, entonces es cierto, tiene derecho a afirmarse como una verdad. Responde a una estrategia, probablemente inconsciente, de organización, de orden. Si se reproduce el sentido común amparado en la genética, y el sentido común es el sentido que emerge del modo de producción y por lo tanto del estatus quo, entonces el orden establecido se sostiene. Pero si el hecho social impera y no la biología, tan variado y voluble como puede ser, de tal manera que el mínimo detalle abre un mundo de posibilidades, ya no es tan sencillo conservar el estatus quo.     

                 

lunes, 8 de enero de 2024

No había nada a lo cual decir basta

 

            Escucho la frase “no se aguantaba más, había que decir basta”, para justificar el voto otorgado a la derecha representada por Milei. Mi tesis es que no había nada a lo cual decir basta. O, en otros términos, eso a lo que se le dice basta es a la política, la primera condición para vivir en un régimen democrático. Decirle basta a la política es reclamar por un amo que no respeta ninguna institucionalidad, puro ejecutivo devenido en monarquía dictatorial.

            ¿Qué piensan los indignados, que a ellos no les va a tocar padecer la suma del poder público que este gobierno amenaza detentar?

            El ajuste en manos del peronismo podría haber sido menos doloroso de lo que será con Milei, porque sería sobre todos los precios de la economía y no solamente sobre los salarios. Es necesario un ajuste porque los precios están desordenados y como consecuencia de ello tenemos una inflación incontrolable, porque todos los precios quieren alcanzar a los otros precios. Este gobierno escogió que el ajuste lo haga el mercado en función de la necesidad, el esquema es más o menos el siguiente: siguen aumentando los precios, menos los salarios, hasta el momento en que los asalariados ya no puedan comprar más que lo necesario para subsistir. En ese punto hay un equilibrio de precios, un ordenamiento. Pero han quedado muertos los asalariados, los pequeños comerciantes, muchas pymes, quedan muchos muertos en el camino.

            Espero que en ese momento los que estaban hartos hayan comprendido que no tenían razones para estar hartos (razones que no fueran filosóficas, porque al pesimismo de la razón no hay con qué darle), y que, si cayeron en la pobreza en el proceso, sepan que hubieron muchos/as antes, intentando advertirles.

            Las personas no votan mal, votan guiadas por su propio deseo y esto puede ser fatal para una sociedad. Para que el deseo del sujeto no destruya a la sociedad en la que habita es necesaria la organización partidaria y una fuerte politización de los ámbitos comunes; la escuela, la universidad, el partido, el barrio, la unión vecinal, etc.

El amo sabe muy bien que tal organización conspira contra su estrategia de acumulación, por ello es que los poderosos hace tiempo coparon los medios de comunicación, cada millonario se compró un canal de televisión o se asoció con otro para tenerlo, se compró una radio o varias, y cuál es el mensaje que se emite desde allí: la incorrección que significa la política en los ámbitos comunes.

            ¿Por qué el deseo puede producir una catástrofe social? Porque el deseo en el sujeto es una máquina de movimiento constante, nada lo detiene y además nada le hace obstáculo. Si bien el deseo se mueve en el marco que brinda el fantasma, es un movimiento continuo, algo que no cesa. Va de un lugar a otro y esta movilidad puede derrumbar las instituciones. Sin instituciones no hay sociedad y sin sociedad no hay quien pueda curar del deseo al sujeto. Curar del deseo es un modo de decir, referido a que alguien que pasó por un analista puede contar, eventualmente, con alguna idea a cerca de su propio deseo, lo cual significará un tipo de cura que proteja a las instituciones del puro desear del sujeto.   

 

             

viernes, 5 de enero de 2024

Testo Yonqui de Preciado Paul B. en diálogo con el psicoanálisis de Lacan

            Paul Beatriz Preciado, en su testo yonqui, crea el neologismo “farmacopornográfico” para definir al sistema económico político que habitamos, y lo fundamenta con una serie de caracterizaciones y transformaciones que se produjeron desde finales de la primera guerra mundial, hasta el inicio del nuevo milenio.

            Al avanzar en el texto uno descubre esas evidencias; las píldoras psiquiátricas, las píldoras abortivas, las píldoras anticonceptivas, las cirugías estéticas, el poder de la imagen, las faloplastías, las vajinoplastías, etc. Todas estas novedades, a su vez, producen el declive del régimen heteronormativo, quedando la heterosexualidad como una opción más de las diferentes opciones sexo-genero-sexuales, y desnudando el carácter no natural de la misma.

            El psicoanálisis tiene mucho para decir a cerca de lo planteado en Testo Yonqui, pudiendo ser una matriz de lectura (de este modo he abordado este texto de Paul) que evidencie el proceso por el cual el poder gobierna el cuerpo de los individuos, lo cual tiene mucho que ver con el goce; que como saben puede ser mortífero.

            Es muy común que al leer este texto se tenga la impresión de que se abona el anarquismo, sin embargo, Paul Preciado es una persona muy institucionalizada, universitaria, becada, que trabaja de escritora. Creo que acude esa impresión porque se trata de textos que inauguran un porvenir que ya está entre nosotros pero que nos cuesta ver. Nos cuesta verlo por el poder pregnante de lo instituido.

            De todas maneras, ninguna comunidad sobrevive sin el orden que le otorga lo instituido. Y por esta misma razón, es que las luchas por el reconocimiento de los marginados se vuelven difíciles, librándose verdaderas batallas por visibilizar los reclamos.

            El texto trabaja con el concepto de biopolítica y biopoder, para indicar cómo la tecnología se inserta en el cuerpo

            El paso de una sociedad soberana a una sociedad disciplinaria, implica el desarrollo del bio poder. El poder constituye el cuerpo del individuo moderno. Tecnología política general: arquitecturas disciplinarias (prisión, cuartel, escuela, hospital, etc.), textos científicos, tablas estadísticas, cálculos demográficos, modos de empleo, recomendaciones de uso, calendario de regulación de vida, proyectos de higiene pública.

            El poder desborda el ámbito de lo jurídico para volverse parte de la cotidianidad del individuo. Las buenas costumbres se construyen desde la serie Friends, no hace falta que se pregone el ideal de pareja porque Rachel y Ross nos lo imponen de una manera tal que, los individuos asumen ese comportamiento como propio. Esto es lo que Preciado llama tecnología política general.

            Desde el psicoanálisis cabe preguntarse qué hay en el sujeto, qué especie de gancho porta para que sea posible pescarlo con esta tecnología. Bueno, lo que porta el sujeto son: su deseo, su división constitutiva y sus identificaciones.

            Seguramente se habrán preguntado por qué son tan insistentes las marcas comerciales en figurar en todo evento, por qué invierten tanta plata en estar presentes. Eso lo hacen porque de ese modo el sujeto queda capturado, si no es en esta toma, en la que sigue o en la que sigue. Es un mecanismo de composición de imágenes, el cerro, el auto, cierto paisaje, un buen culo y la marca comercial. Deseo, división subjetiva e identificaciones, juegan aquí su partida, por eso el departamento de marketing invierte tanto dinero en su asunto. El surrealismo fascinó a Lacan porque mostraba claramente este juego de captura del sujeto.

            Si bien existe la particularidad de cada sujeto, esta condición no niega la naturaleza común de ciertos fenómenos que afectan a toda una población. Es que el Otro, por ser el portador del lenguaje, es un Otro que es a la vez particular y compartido. El Otro de la sociedad es aquella instancia a partir de la cual el sujeto es un efecto. El sujeto es efecto del Otro. Como tal porta ya las identificaciones que lo cimientan, en palabras de Alemán “No es que uno elige su propia ideología, si no que es la ideología la que lo elige a uno”

            Del Otro, el sujeto obtiene las identificaciones que lo rigen, son marcas que habitan la cultura en la que advenimos, siguiendo una lógica de primacía del significante decimos que son marcas, muescas, yeites, que gobiernan y dan sentido en su articulación al discurso del sujeto. En las identificaciones también se da una gran pregnancia de la imagen, capturas imaginarias que como significantes amos gobiernan las decisiones, promueven prácticas de segregación e introducen una ontología de la vida. 

            La división constitutiva del sujeto implica que nunca hay un si mismo, digamos que el ser del sujeto es una relación de confrontación entre las marcas que lo constituyen, y esto lo lleva a no poder reconciliarse en un sí mismo. Pero el mercado ofrece vía la psicología, la autoayuda y el tráfico deforme de orientales meditadores occidentalizados, la felicidad como aquello que se obtiene luego de cumplir con todas las recetas establecidas para ello; ahora, resulta que la industria editorial es muy próspera en ese tipo de material de lectura, así que las recetas nunca cesan de llegar y la felicidad se demora en idéntica proporción.

            Respecto del deseo: el psicoanálisis tiene, a partir de Lacan, una manera muy propia de definirlo; es una máquina de movimiento perpetuo, el objeto a es el objeto del deseo y es a su vez un barril sin fondo, se traga toda articulación significante, se alimenta de ella, por lo tanto, no podemos esperar del sujeto deseante una estabilidad muy prolongada. La estabilidad nos la brindan las instituciones, que son el Otro del objeto a. Pero las instituciones han declinado, quizá para hacer surgir otras nuevas.

            Aquí podríamos pensar que lo que estamos describiendo se parece mucho a lo que Preciado, siguiendo Foucault, introduce como biopoder. Y es así de hecho, el psicoanálisis es un buen medio para resolver la pregunta por el método biopolítico, que instrumenta el biopoder, para regir el cuerpo de los individuos.

              

           

                  

miércoles, 3 de enero de 2024

Sistema de edición genética Crispr Cas. Formalismo y lenguaje.

 

            Hoy quise hablar de este tema porque se conecta con otros artículos que he subido al blog, y también está en plena relación con los fines que se propone esta página de opinión que administro.

            La edición genética era vendida como una serie de experimentos al estilo Frankenstein, donde no se utilizaban cálculos, sino sólo un procedimiento de prueba y error basados en la intuición del científico.

            Este texto va a intentar transmitir algo, muy poco, de lo que en una disertación del Dr. Luis Blanco Dávila, se dijo al respecto de la edición genética. Una disciplina que en las últimas décadas se ha ido formalizando, introduciendo el cálculo y la programación de la mano de los bio-programadores. Introduzco este tema para poder establecer alguna precisión de lo que implica el lenguaje y su estructura en las diversas disciplinas científicas.

            En ciencias existe una cierta controversia que se ve reflejada en distinciones como la de ciencias duras y ciencias blandas, o ciencias sociales y ciencias naturales, o ciencias humanas y ciencias naturales. Las ciencias duras compuestas por la Física, la Química y la Matemática (siendo esta última una disciplina conjetural, ya que ninguno de los objetos que estudia se encuentran más allá del lenguaje que le es propio), tienen como modelo a la Física-matemática, y de allí en adelante, en virtud del éxito obtenido a causa de esa imbricación que le otorga un estricto formalismo a la física, las demás disciplinas han intentado hacerse del lenguaje de la matemática para confeccionar sus objetos de estudio. Esto no ha sido bien recibido por algunas comunidades científicas que acusan de frialdad al formalismo, en mayor medida cuanto el objeto de estudio de la disciplina científica se acerca al ser humano.

            El proyecto genoma humano que abarcó más de una década para lograr su cometido (1990-2003), completar la secuencia de nuestro genoma, agrupó en 4 elementos a los ladrillos que formaban una cadena de ADN. Estos ladrillos son A, G, T, C, Adenina, Guanina, Timina y Citosina, son cuatro bases, dos purinas y dos pirimidinas. Con estos elementos asociados en función de una secuencia lógica se pudo escribir lo que la “naturaleza” nunca pudo, ni podría darnos.

A partir de 2006 se produjo el hallazgo de una gran cantidad de polimerasas, las cuales son mecanismos que un organismo biológico dispone para realizar diversas tareas sobre el ADN, hasta 2016 se habían encontrado 17 polimerasas que se podían agrupar según su finalidad; para la estabilidad genómica, de tolerancia al daño y de variabilidad genómica. El paso siguiente es aprovechar los sistemas descubiertos para curar enfermedades editando el genoma. Eso ya se hace y es la tecnología base con que se produjeron algunas de las vacunas contra el covid-19.

            La pregunta que me interesa hacerme es si ADN, bases, purinas, polimerasas, existían antes de que los científicos se pusieran a investigar, dando un nombre a cada elemento y articulándolos entre ellos. Mi respuesta provisoria es que no existía ninguno de esos elementos. Y es esta razón la que vuelve imprescindible la formalización, la utilización de lo simbólico y lo imaginario para asir lo real que se presenta siempre como imposible. 

            En la disputa por el formalismo en ciencias uno de los argumentos utilizados es que las variables en juego no son simples letras en una computadora, sino que, como pasa en economía, se trata de personas que sufren una deshumanización al abordar la disciplina desde algoritmos que resuelven problemas económicos. En sociología se acuñó el término ingeniería social para referirse peyorativamente a la aplicación de cuestiones formales a formaciones sociales.

            Creo que ambas posiciones pueden beneficiarse del intercambio teórico, y así lo han hecho en muchos casos. Produciendo la humanización en aquellos lugares teóricos demasiado formales y viceversa.  




lunes, 1 de enero de 2024

No hay lenguaje que no esté formalizado, mal que le pese al poeta. A los buenos poetas esto no les molesta.

 

            Las matemáticas, así como la lógica, son un modelo de lenguaje formalizado, de una manera más extrema que el lenguaje vulgar. La formalización de estas áreas nos permite jugar con un modelo de lenguaje más previsible y menos ambiguo, lo que admite una serie de cálculos sobre su estructura para verlo evolucionar en un pequeño modelo, tal como lo hace Lacan en el seminario sobre la carta robada, partiendo del lanzamiento de una moneda y llegando a la formalización de un modelo de lenguaje, en el que muestra una serie de consecuencias psicoanalíticas que muy difícilmente podrían ser mostradas sin la ayuda de esta formalización.

            La naturaleza silogística del lenguaje vulgar es clave para comprender que, en el universo de lo humano, que es el universo del lenguaje, no hay acto de palabra, más aún, no hay acto del sujeto, que no se deje atrapar por una estructura que le precede y lo ordena para volverlo un Inter texto.

            Hay un viejo anhelo en la historia del pensamiento que fue propuesto como utopía por Leibniz y Descartes, que hablaba de la posibilidad de formalizar el lenguaje de la filosofía para poder debatir al modo en que procede el cálculo matemático.

            En el seminario de la carta robada Lacan parte de una moneda lanzada al azar como el hecho en sí, pero pronto señala que no hay tal objetividad porque, por ejemplo, no han sido contabilizadas las veces en que la moneda cayó de canto, o se fue rodando y se perdió en una alcantarilla; no, sólo se ha decidido anotar las veces que cae de cara o de cruz. Es decir, ya está operando el significante en el supuesto hecho objetivo del que partimos.   

            Avanza con su experimento y comienza a agrupar en tríadas al azar los eventos, construye tres capas de formalización, y advierte que en la última se ha producido lo que él llama la opacificación del significante, a partir de la cual es posible que alguien diga “puedo decir lo que quiera” porque no percibe sus condicionamientos inconscientes, que serían, en el experimento, lo que sucede desde el lanzamiento de la moneda hasta la segunda capa del formalismo.

            Es interesantísimo este modelo de lenguaje porque permite señalar de una manera muy concreta cómo es que funcionan las determinaciones inconscientes del sujeto. Dado que es muy difícil que alguien que no estudie psicoanálisis pueda aceptar estar condicionado en sus decisiones, en sus alocuciones, en su proyecto de vida. Porque al funcionar opaco el dispositivo significante, creemos junto con los filósofos, que el yo es nuestra alma que participa de voluntad y libertad absolutas. En la historia del pensamiento al yo de los filósofos se le conoce como el yo fuerte, y al descubrimiento freudiano como el yo débil.