Goce es un término central del psicoanálisis y de la obra de Lacan. En el grafo del deseo que se utiliza para producir un álgebra de la teoría, podríamos ubicar al goce en coincidencia con la pulsión ($<>D) que es el eco en el cuerpo del hecho que hay un decir. Por efecto del significante los cuerpos son turbados y se goza de ellos. Algo goza del cuerpo y el sujeto lo padece como síntoma. El Otro goza del cuerpo, el Otro que es un campo de significantes produciendo significaciones.
Podemos
decir que goce es aquello que se produce cuando una demanda opera e insiste
sobre un cuerpo. La naturaleza de la demanda es insistir porque toda ella es el
rebote de una cadena significante en el marco del fantasma. Es un mal entendido
permanente ya que el Otro no tiene nunca una respuesta, el Otro está barrado A.
El
peligro del goce es que no pueda ser contenido por el andamiaje de lo simbólico;
si bien se podría decir que gozar es la resultante de un simbólico trabajando, es
un efecto, también podemos precisar que hay constructos simbólicos que permiten
contener al goce y hay otros constructos que no lo permiten, el goce se
desborda y el sufrimiento puede llegar a ser máximo.
El Otro
es el lugar donde nace el sujeto, para que haya sujeto se debe poder hablar de
algún modo; bueno, eso que permite hablar es el Otro, porque efectúa un sujeto
al donarle los significantes. Como ven, aquí se explica por qué es el Otro el
que goza y sintomatiza al sujeto. Porque produce significaciones diversas a
partir de los significantes en juego que son dispositivos de corte y confección
de la realidad, esto instaura la demanda (cadenas significantes que insisten)
que dará vueltas en el marco del fantasma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario