El estructuralismo es en sí mismo una anti ontología porque
se opone al humanismo, al esencialismo, a la fenomenología, al existencialismo.
Ubica la realidad como desarrollándose a partir de
estructuras. Estructura: algo formado de partes que se articulan relacionándose
entre sí, produciendo una complejidad que prescinde de un ánima o sustancia a
la cual adjudicar su fin estructural. El todo es más que la suma de las partes.
El estructuralismo es ateo, aunque no necesariamente. Por lo
menos no necesita a Dios para su tesis de cómo funciona la realidad.
El estructuralismo no necesita postular la existencia de las
estructuras que propone como explicación de la realidad. Sino que esas
estructuras pueden ser andamiajes teóricos con los cuales explicar algún
fenómeno de interés, pero que funcionan como meros instrumentos contingentes. Si esas estructuras predicen hechos ya tenemos una teoría con todos sus elementos y su utilidad.
Toda la epistemología no fundacionalista es estructuralista.
Y esto se evidencia desde la definición de teoría.
Teoría: es un sistema lógico deductivo o inductivo que
explica una variedad de fenómenos. Sistema como sinónimo de estructura.
Una mirada estructuralista de la física o la matemática
puede aceptar con toda naturalidad las explicaciones más complejas e
inverosímiles a priori, sin tener que traducir al sentido común las propuestas
teóricas.
Esto supone que el sentido común también puede explicarse
como una estructura que es en sí misma un hábito de pensamiento. Con el
estructuralismo podemos salirnos de la estructura del sentido común sin cometer
ninguna herejía. Luego, cuando la teoría está asentada en una comunidad
científica aparecerá el momento de la divulgación, en el cual sí se produce una
traducción en términos del sentido común.
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