El esquema de la comunicación
clásico que nos enseñaron en la educación básica se sintetiza de este modo:
La
teoría lacaniana lo ha modificado para dar cuenta de una complejidad mayor que
podría explicar y aún predecir fenómenos del ámbito del sujeto. Y como todo el
quehacer humano es efecto de un sujeto que interviene, este modo de ver la
comunicación reverbera en el ámbito institucional, político, científico,
comunal, histórico. Se nutre a su vez de los paradigmas científicos más
novedosos y abstractos.
Un
sujeto construye a otro sujeto por medio del gran Otro que lo constituye a él,
su universo simbólico, y a él se dirige. Sin embargo ese otro sujeto al que se
dirige indirectamente también lo afecta. Ya que si el otro fuese un simple
constructo del sujeto estaríamos en presencia no de una comunicación sino de
una incomunicación. Digamos que lo que se efectiviza en la comunicación son los
desbalances subjetivos más que las plenas decodificaciones.
Todo
sentido se sostiene en una demanda[i]
es una de las frases que inaugura esta ruptura con el concepto tradicional de
la comunicación humana. Quiere decir que lo que un sujeto hace es demandar y
para ello utiliza significantes; nos detengamos un instante aquí: lo que un
sujeto hace es demandar, eso es lo prioritario, no persigue una carrera
universitaria, un oficio, conquistar el poder, inteligir el mundo al modo en
que lo hace un filósofo o un científico, nada de eso, lo que un sujeto hace es
demandar. Y esto que avergonzaría al más encumbrado de los hombres es la piedra
angular del psicoanálisis lacaniano, es un modo de abordar, rizando el rizo, el
problema fundamental de nuestras sociedades contemporáneas, el problema del
sentido.
El
problema del sentido tiene su propia historia y surge cada vez que los órdenes
sociales se derrumban. El cristianismo tuvo sus divisiones con las reformas de
Lutero y Calvino, pero también tuvo un inicio; cuando el judaísmo era cómplice
de las condiciones paupérrimas de vida del pueblo que dominaba surgió el
movimiento cristiano, e incluso el monoteísmo tiene su propia historia que se
remonta a un sacerdote egipcio llamado Akenatón. Señalo el ámbito religioso por
ser el ámbito que más influye en la problemática del sentido. También podemos
contar entre las rupturas del sentido al pasaje del modo de producción feudal
al modo de producción capitalista. Adam Smith escribió sus obras para convencer
a sus lectores de que el nuevo mercado era beneficioso respecto del sistema en
donde el señor feudal daba órdenes a sus ciervos para que produjesen el
sustento y las riquezas.
Entonces
Lacan propone un sistema, una hipótesis de trabajo, en donde el principal escollo
de la historia está resuelto, el problema del sentido: Todo sentido se sostiene
en una demanda. Esto implica comprender que no hay sentido trascendente,
parafraseando a Lacan el texto más cargado de sentido se resuelve en simples
silogismos cuyo valor de verdad es inconmensurable, ya que en lógica se puede
hablar de la validez de un silogismo mas no de su verdad. Es decir que la
validez responde a la estructura en que se enlazan las premisas, pero la verdad
depende de proposiciones y conceptos que nombran las cosas que se insertan en
la estructura.
El
esquema de la comunicación en Lacan podría ser el grafo del deseo que él
utiliza para pensar la estructura del sujeto del inconsciente:
Aquí
ya no existen el emisor y el receptor como unidades autónomas y separadas que
trafican información, en este gráfico emisor y receptor se han fusionado
(aunque esté mal dicho) porque a ambos los constituye un Otro que los antecede,
el lenguaje. No vamos a explicar aquí a este gráfico pero vamos a decir algunas
generalidades. El animal humano está perdido desde que nuestro linaje está
atravesado por el lenguaje. Perdido quiere decir que cualquier cosa que digamos
respecto al mundo en el que este animal habita es un hecho del lenguaje.
Cualquier cosa que decimos separa a eso inaccesible (le pongamos un nombre
aunque sea inadecuado, la naturaleza) y lo deposita en el seno del lenguaje.
Con esto Lacan propone una relevancia de lo simbólico, es decir que todo lo que
construimos; pensamientos, teorizaciones, comunicaciones, sentidos en general,
llevan la marca de lo simbólico, universo de significantes que se diferencian
uno de otro por el sólo hecho de ser distintos, sin que preexista algún sentido
universal que los ordene. Insistimos, todo sentido se sostiene en una demanda;
así como el lactante llora en los momentos de mayor angustia, así cada uno de
nosotros demanda, la más alta ciencia no sería, en lo que al sentido respecta,
algo distinto de ese llanto, una forma de demandar.
La
marca de lo simbólico: es por ello que Lacan utiliza la topología, los grafos y
esquemas para explicar su trabajo en vez de los giros literarios y el mito que
tanto abundan en Freud. La marca de lo simbólico se ve en este gráfico que
hemos presentado en donde se explica cómo pulsión, deseo, ego, Otro,
Significante de una falta en el Otro, fantasma, significado del Otro, imagen
que vela el objeto e ideal del Yo
articulan entre sí para dar cuenta de la hipótesis del sujeto, el inconsciente
estructurado como un lenguaje. Explicar tal articulación sería imposible en un
artículo tan breve, sólo la presento para aquellos que quieran buscarlo e
introducirse en este mundo.
Lo
que se cuestiona al modelo comunicacional tradicional es la existencia de
conciencias autónomas que comparten un mismo mundo al que hacen referencia en
su diálogo. Aquí, “mismo mundo”, “referente”, “diálogo” son elementos que se
diluyen por la misma naturaleza de la propuesta lacaniana. Es importante
afirmar que Lacan trabaja del mismo modo que lo hace, desde su inicio, la
física cuántica, modo que está presente de manera rudimentaria en los
antecedentes de esta ciencia: Propone una hipótesis de trabajo, el inconsciente
estructurado como un lenguaje y a partir de ahí avanza, sin proponerse una
ontología. Parte de una abstracción que luego irá poniendo a prueba con los fenómenos
que acontezcan. Es por esta razón que en psicoanálisis muchas veces tenemos la
impresión de haber dicho algo que luego es contradicho en posteriores
desarrollos, porque el rigor lógico de lo idéntico no detiene, o no debería
detener, al analista (según la hipótesis de trabajo).
Así
queda presentado (de modo bastante confuso para mi gusto) el modo en que se
complejiza la comunicación humana con esta teoría psicoanalítica. Complejidad
que no tiene por finalidad darle un sentido a lo humano sino presentar un arte
que pueda abordar al sujeto desde el sujeto mismo, corriendo el velo histórico
e involuntario que a este respecto se ha formado sobre él.
[i] La instancia de la letra en el
inconsciente o la razón desde Freud, Escritos, Lacan
[ii] Escritos, Lacan, página 797, Siglo
XXI editores, vigesimotercera edición año 2003