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domingo, 14 de abril de 2019

Especismo:Veganismo: la imposibilidad de identificarse con la humanidad por la dudosa existencia de tal especie.



Derechos humanos----------revolución francesa: revolución burguesa -------------humanismo florentino--------------desengaño del humanismo, si el hombre está en el centro de la escena parece que la cosa empeora----------siglo XIX-----------------segunda guerra mundial-------------bomba atómica-----guetos--------------exterminio Judío----------------- guerras para apropiación de recursos naturales--------- modo de producción capitalista-------------Especismo: veganismo

                En el largo proceso histórico de secularización del sentido que tuvo que ver con el paulatino movimiento desde el teocentrismo al antropocentrismo las ideas reinantes sostuvieron como valor la emancipación de lo humano, el ser humano en el centro de la escena desencadenaría una libertad pacífica y esclarecedora tendiente a hallar el sentido último y el bienestar personal y comunitario; en el hombre más que en las instituciones religiosas la humanidad hallaría las respuestas que tanto añoraba. Sin embargo, poco a poco, esta máxima iría perdiendo su valor arrojando a la humanidad a un desconcierto espeluznante: las guerras que en otros tiempos tenían por motivo el orden imperial eclesiástico en el presente seguirían produciéndose por otros motivos, muchos de los cuales figuraban en el albor del humanismo como  esperanza de paz y progreso indefinido.
                El desencanto que aún reina entre nosotros, quizá en su apogeo, nos ha traído esta creciente desconfianza en el ser humano y los lazos sociales y comunitarios que sería capaz de tender sin traicionarlos al mismo tiempo. Ejemplos claros son los fenómenos del planetario veganismo y también del especismo que se propone una suerte de descentramiento del mundo respecto del ser humano para otorgarle a una supuesta naturaleza Spinoziana el dominio del ser.
                Es imposible prever qué nuevos modos de vida sucederán en el futuro, qué mundo hallaremos construidos con estos valores veganos, sólo es posible aventurar algunas hipótesis en función de la historia y de las ciencias afines a ella.
                La revolución francesa tuvo a la burguesía como agente privilegiado, el motor de aquella revolución fue el reclamo de derechos comerciales y políticos para una clase social que ya tenía el poder y que aspiraba a la conformación de un nuevo régimen que le otorgara las garantías necesarias para seguir expandiendo su poderío económico. El movimiento iluminista (humanista) intelectual fue un actor secundario que amortiguó el impacto revolucionario escondiendo la verdadera naturaleza de la revolución; gente con poder en procura de más poder. Los derechos humanos que se inspiran en éste período son ese amortiguador y nada más que eso. Prueba de ello es que después de la Alemania Nazi se siguieron cometiendo las atrocidades más terribles y los organismos internacionales de derechos humanos, incluso habiéndose pronunciado en contra de las invasiones de países, de las guerras, no pudieron impedirlas.
                El fracaso del humanismo ha dado pie a una cultura de la desesperanza, el veganismo y el especismo son algunas de sus manifestaciones, quizá las más populares de nuestros días. Seres humanos identificados con la animalidad por la crueldad que significa seguir identificados con una especie que pregona unos valores infames.
                Sin embargo no veo en estas tendencias populares una proyección futura, un afianzamiento, ya que responden a la lógica del para todo. Esta lógica se propone un cálculo universal sin exclusión y por lo mismo son excluyentes. Todo universal se sostiene en al menos un particular excluido. Una lógica alternativa es la lógica del no todo que postula Lacán; no todo puede ser, expresarse, tener determinada característica, cumplir con tal conformación, etc. Se podría decir que esta lógica rige a la historia y las aberraciones de las que padece el mundo son consecuencia de no admitirla forzando los universales.
                Así que el desencanto mundial que ha devenido veganismo y especismo es un hito más en el constante emprendimiento de hallar universales que nieguen que no se puede todo. Existe la ley y marca un límite y esta ley no requiere de código leguleyo alguno, es la ley del significante que hace que la demanda se diga siempre no toda. En otras palabras, entre las interminables matanzas de seres humanos por seres humanos nosotros mismos ideamos formas de lidiar con ellas. La peor de las formas es imponer un ser determinado a lo ente, universalizar valores, conductas, prácticas, rituales, creencias.           

                  

miércoles, 13 de marzo de 2019

Teoría de la comunicación


El esquema de la comunicación clásico que nos enseñaron en la educación básica se sintetiza de este modo:
               
                La teoría lacaniana lo ha modificado para dar cuenta de una complejidad mayor que podría explicar y aún predecir fenómenos del ámbito del sujeto. Y como todo el quehacer humano es efecto de un sujeto que interviene, este modo de ver la comunicación reverbera en el ámbito institucional, político, científico, comunal, histórico. Se nutre a su vez de los paradigmas científicos más novedosos y abstractos.
                Un sujeto construye a otro sujeto por medio del gran Otro que lo constituye a él, su universo simbólico, y a él se dirige. Sin embargo ese otro sujeto al que se dirige indirectamente también lo afecta. Ya que si el otro fuese un simple constructo del sujeto estaríamos en presencia no de una comunicación sino de una incomunicación. Digamos que lo que se efectiviza en la comunicación son los desbalances subjetivos más que las plenas decodificaciones.
                Todo sentido se sostiene en una demanda[i] es una de las frases que inaugura esta ruptura con el concepto tradicional de la comunicación humana. Quiere decir que lo que un sujeto hace es demandar y para ello utiliza significantes; nos detengamos un instante aquí: lo que un sujeto hace es demandar, eso es lo prioritario, no persigue una carrera universitaria, un oficio, conquistar el poder, inteligir el mundo al modo en que lo hace un filósofo o un científico, nada de eso, lo que un sujeto hace es demandar. Y esto que avergonzaría al más encumbrado de los hombres es la piedra angular del psicoanálisis lacaniano, es un modo de abordar, rizando el rizo, el problema fundamental de nuestras sociedades contemporáneas, el problema del sentido.
                El problema del sentido tiene su propia historia y surge cada vez que los órdenes sociales se derrumban. El cristianismo tuvo sus divisiones con las reformas de Lutero y Calvino, pero también tuvo un inicio; cuando el judaísmo era cómplice de las condiciones paupérrimas de vida del pueblo que dominaba surgió el movimiento cristiano, e incluso el monoteísmo tiene su propia historia que se remonta a un sacerdote egipcio llamado Akenatón. Señalo el ámbito religioso por ser el ámbito que más influye en la problemática del sentido. También podemos contar entre las rupturas del sentido al pasaje del modo de producción feudal al modo de producción capitalista. Adam Smith escribió sus obras para convencer a sus lectores de que el nuevo mercado era beneficioso respecto del sistema en donde el señor feudal daba órdenes a sus ciervos para que produjesen el sustento y las riquezas.
                Entonces Lacan propone un sistema, una hipótesis de trabajo, en donde el principal escollo de la historia está resuelto, el problema del sentido: Todo sentido se sostiene en una demanda. Esto implica comprender que no hay sentido trascendente, parafraseando a Lacan el texto más cargado de sentido se resuelve en simples silogismos cuyo valor de verdad es inconmensurable, ya que en lógica se puede hablar de la validez de un silogismo mas no de su verdad. Es decir que la validez responde a la estructura en que se enlazan las premisas, pero la verdad depende de proposiciones y conceptos que nombran las cosas que se insertan en la estructura.
                El esquema de la comunicación en Lacan podría ser el grafo del deseo que él utiliza para pensar la estructura del sujeto del inconsciente: 
 
                             
[ii]

                Aquí ya no existen el emisor y el receptor como unidades autónomas y separadas que trafican información, en este gráfico emisor y receptor se han fusionado (aunque esté mal dicho) porque a ambos los constituye un Otro que los antecede, el lenguaje. No vamos a explicar aquí a este gráfico pero vamos a decir algunas generalidades. El animal humano está perdido desde que nuestro linaje está atravesado por el lenguaje. Perdido quiere decir que cualquier cosa que digamos respecto al mundo en el que este animal habita es un hecho del lenguaje. Cualquier cosa que decimos separa a eso inaccesible (le pongamos un nombre aunque sea inadecuado, la naturaleza) y lo deposita en el seno del lenguaje. Con esto Lacan propone una relevancia de lo simbólico, es decir que todo lo que construimos; pensamientos, teorizaciones, comunicaciones, sentidos en general, llevan la marca de lo simbólico, universo de significantes que se diferencian uno de otro por el sólo hecho de ser distintos, sin que preexista algún sentido universal que los ordene. Insistimos, todo sentido se sostiene en una demanda; así como el lactante llora en los momentos de mayor angustia, así cada uno de nosotros demanda, la más alta ciencia no sería, en lo que al sentido respecta, algo distinto de ese llanto, una forma de demandar. 
                La marca de lo simbólico: es por ello que Lacan utiliza la topología, los grafos y esquemas para explicar su trabajo en vez de los giros literarios y el mito que tanto abundan en Freud. La marca de lo simbólico se ve en este gráfico que hemos presentado en donde se explica cómo pulsión, deseo, ego, Otro, Significante de una falta en el Otro, fantasma, significado del Otro, imagen que vela el objeto  e ideal del Yo articulan entre sí para dar cuenta de la hipótesis del sujeto, el inconsciente estructurado como un lenguaje. Explicar tal articulación sería imposible en un artículo tan breve, sólo la presento para aquellos que quieran buscarlo e introducirse en este mundo.
                Lo que se cuestiona al modelo comunicacional tradicional es la existencia de conciencias autónomas que comparten un mismo mundo al que hacen referencia en su diálogo. Aquí, “mismo mundo”, “referente”, “diálogo” son elementos que se diluyen por la misma naturaleza de la propuesta lacaniana. Es importante afirmar que Lacan trabaja del mismo modo que lo hace, desde su inicio, la física cuántica, modo que está presente de manera rudimentaria en los antecedentes de esta ciencia: Propone una hipótesis de trabajo, el inconsciente estructurado como un lenguaje y a partir de ahí avanza, sin proponerse una ontología. Parte de una abstracción que luego irá poniendo a prueba con los fenómenos que acontezcan. Es por esta razón que en psicoanálisis muchas veces tenemos la impresión de haber dicho algo que luego es contradicho en posteriores desarrollos, porque el rigor lógico de lo idéntico no detiene, o no debería detener, al analista (según la hipótesis de trabajo).  
                Así queda presentado (de modo bastante confuso para mi gusto) el modo en que se complejiza la comunicación humana con esta teoría psicoanalítica. Complejidad que no tiene por finalidad darle un sentido a lo humano sino presentar un arte que pueda abordar al sujeto desde el sujeto mismo, corriendo el velo histórico e involuntario que a este respecto se ha formado sobre él.





[i] La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud, Escritos, Lacan
[ii] Escritos, Lacan, página 797, Siglo XXI editores, vigesimotercera edición año 2003

miércoles, 6 de marzo de 2019

Crítica o nostalgia


    Se podría pensar al deseo como un invento del capitalismo y que en modelos de producción anteriores no existió como tal.
     Porque el deseo en términos lacanianos implica su invención del objeto pequeño “a” que es un hueco en la estructura del lenguaje que a la vez posibilita el ejercicio de la palabra y niega la consecución de un fin determinado porque el fin es del orden de lo natural (como si dijésemos comer, beber) y lo natural está perdido para el ser del lenguaje. Lo que el deseo es, es una máquina de producir palabras, acciones, planteamientos, etc., una forma de moverse hacia aquello que imaginariamente reviste, con antelación, una forma de objeto que nos haría plenos de sentido.
     No obstante en modos de producción anteriores, y aun conviviendo con nosotros en diversas partes del globo, esa vacuidad de sentido no tiene sentido, el sentido lo encarna un Otro del Otro que sería Dios para las religiones monoteístas. Con el sentido asegurado (pero hay que pensar este aseguramiento como constitutivo del sujeto) la movilidad deseante está fijada a la palabra del que sabe de nuestro sentido, Dios para el caso.
     Esto importa una disquisición con aquellos pensadores como Jorge Alemán que postulan a la estructura del sujeto como universal y a-histórica: La estructura del sujeto, el modo en que el cachorro humano deviene sujeto enlaza al objeto “a” como la marca del lenguaje “no todo” que por su propia naturaleza implica la falta de un significante o de una cadena significante que pueda decir la demanda sin resto. Ese resto insiste inaugurando permanentemente un circuito demandante,  así de resto en resto. Pero como no se trata de un soliloquio sucede: el eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir[i] que nombra a la pulsión, concepto significativo de la marca en el cuerpo del hablante por el hecho de serlo.
     Para poder pensar al objeto “a” (y con ello a la estructura general del sujeto concebida por Lacan) como una invención del modo de producción capitalista hay que poder pensar en sociedades pre-capitalistas donde el sentido de una vida, de una acción, estaban fijos y fijados por la presencia de un Otro indemne. De un Otro que constituía al sujeto al modo de otorgarle objetos fijos para el goce: un hábito de oración, un horario ritual, una estructura familiar donde las aberraciones a la norma son severamente sancionadas sin culpa.
     Como no estoy seguro de tal historia y consta en ella la existencia de comunidades diversas, modos variados de vivir su relación con ese Otro, es que no me atrevo a afirmar que el objeto “a” sea un invento del capitalismo, una consecuencia de su existencia.
     ¿Qué posibilitaría abrir el juego a la idea de que el objeto “a” es una consecuencia del capitalismo? Se daría la posibilidad de tener una mirada crítica sobre la crítica que se extiende, por más de dos siglos ya, al modelo de producción capitalista. A veces tales análisis suelen contener una dudosa raigambre progresista y en realidad fungen de nostálgicas miradas al pasado pre-global, una forma de añoranza de lo que fue por el temor a lo que será. Con esto no pretendo neutralizar el hecho creciente de la acumulación en cada vez menos manos de los recursos del planeta, el inhumano hacinamiento de millones de personas que luchan por tener un trabajo, las guerras que la apropiación de riquezas solicita, etc. Digo que o bien las críticas al modelo capitalista están suficientemente justificadas por los hechos inhumanos a los que tal modo de producción condiciona, o bien tales hechos son sólo fallas en el sistema y el modelo capitalista tiene una lógica interna beneficiosa para todos, en cuyo caso se trataría de ir corrigiendo las injusticias.
     Si el sujeto no es universal ni a-histórico entonces no fue el mismo antes ni lo será en el futuro.        




[i] Lacan dixit